domingo, 1 de julio de 2012

¡Presente, mi General!


La palabra lealtad, no cotiza en bolsa… La lealtad, tampoco. Lamentable.
Añoro épocas en que dar la palabra, era firmar un documento. Añoro los compañeros esos, que casi no quedan, y se jugaban en serio.
Añoro los sueños colectivos. La convicción que supieron legarme. Ese saber que para estar mejor, todos debemos estarlo.
Añoro la Patria de los únicos privilegiados, en la que supieron criarme, aunque ya no era.
Añoro tus manos, alzándose desde el balcón hacia la plaza.
Tus manos, serruchadas, cercenadas, por la sinarquía internacional. Tus manos de padre de todos… Tus manos, que no pueden reemplazar las mías.
Supe, a edad muy temprana, que solo muere aquel que es olvidado.
General, no has muerto, porque tus soldados seguimos de pié, defendiendo cada una de tus conquistas. Mis manos, no alcanzan, pero somos miles… ¡millones de manos!
¡No habrá serruchos suficientes!
No podrán cortar de la historia, al gran hombre que marcó nuestro destino.
Nunca podrán, porque tus únicos privilegiados, hoy, somos tus manos.
Porque no nos olvidamos, del IAPI y del Estatuto del Peón de Campo; la Constitución de 1949; los complejos hidroeléctricos; los abuelos con sus derechos elevados a rango constitucional; el Banco Central, los Ferrocarriles y la Administración de Puertos, arrancada a los ingleses; las cárceles despobladas, el pleno empleo… ¡La dignidad, General… la dignidad!
Mi General, cito a nuestra Jefa Espiritual, y le digo: “Soy peronista por conciencia nacional, por procedencia popular, por convicción personal”… Somos la llama de cada 17 de octubre, de cada 17 de noviembre. Los que mojados en llanto, lo acompañamos ese fatídico 1° de julio, en el que el cielo no tuvo vergüenza, y lloró, al lado de sus grasitas, sus descamisados.
Somos los que apoyamos a sus tres gobiernos hasta el último aliento, los que solo respiramos para reivindicarlos.
Somos su ejército, de soldados agradecidos y convencidos.
Somos, los que le decimos: ¡Gracias, mi General! ¡Gracias, General del Pueblo, Compañero en Jefe!
¡Nos veremos, mi General, en la próxima barricada que levante el pueblo!
Mis manos, son sus manos, aunque no alcance, sobra, porque somos millones…

miércoles, 7 de marzo de 2012

Al gran Pueblo Argentino, ¡Salud!

En la Salud pública hubo dos momentos: antes y después de Ramón Carrillo.

Creador del ministerio de Salud pública y Asistencia Social de la Nación, su invaluable labor, trascendió las fronteras del país, y se proyectó a toda América Latina y el mundo.

Sus principios constituye una de las bases de la Organización Mundial de la Salud, en especial, cuando declara a la Salud como un derecho inalienable de los pueblos y obliga al Estado a garantizarla de forma indelegable.

Su gestión, se desarrolló entre 1946 y 1954, año en que Ramón se aleja del Ministerio por problemas de salud.

Abrazó la causa de la salud pública con fervor. Se dieron en ese tiempo transformaciones colosales, que permiten asegurar que casi toda la infraestructura de salud con la que el país cuenta hoy se debe a esa gestión, realizada en conjunto con la Fundación Eva Perón: en sólo ocho años, se construyeron 4229 establecimientos sanitarios en todo el país. Esto amplió la capacidad hospitalaria en 130.180 camas. Jamás antes ni después la salud pública argentina recibió un impulso de esta magnitud.

La tasa de mortalidad infantil disminuyó claramente y la esperanza de vida al nacer aumentó de 61,7 años promedio a 66,5 en menos de una década. En 1947, inaugura el Instituto de Medicina Preventiva y su gestión edita el Plan Analítico de Salud Pública de la Nación. En 1949, publica su obra Política Sanitaria Argentina, considerada –junto con Teoría del Hospital (1953) – un tratado de consulta, aún hoy, en todo el mundo.

Impulsó y creó la especialización de médicos higienistas, hoy sanitaristas. Innovador, crea en 1948 los centros de salud, e inaugura los primeros 50. Decía entonces: “El centro sanitario es un conjunto de consultorios polivalentes, con servicio social, visitadoras sanitarias y bioestadística, para captación de enfermos, reconocimiento de sanos y tratamientos ambulatorios, en tanto que la Ciudad Hospitalaria funciona siempre en correlación con uno o más centros sanitarios”.

Se erradicó por completo el paludismo y enfermedades como sífilis y tuberculosis disminuyeron a niveles equiparables a países más desarrollados. Los argentinos debemos saber que el Servicio Nacional de Salud británico, considerado ejemplo de un sistema universal y público, data de 1949. Ya para entonces el sistema público de salud argentino superaba al británico, tanto en recursos aplicados como en resultados obtenidos.

Frente a quienes lo negaban y aún hoy lo niegan, escribió con amargura: “Si yo desaparezco, queda mi obra y queda la verdad sobre el esfuerzo donde dejé mi vida”. Aspiramos a que, en la necesaria restauración de los paradigmas que tanto necesita nuestra querida Argentina al comienzo del siglo XXI, los miles de jóvenes que abrazan cada año la vocación por la medicina quieran seguir su ejemplo. Carrillo nunca postuló al Premio Nobel de Medicina, pero por su obra gigantesca y la dimensión de su humanismo ilimitado, está merecidamente en el nivel de nuestros Nóbeles.

Sufría hipertensión arterial, tal vez secuela de una grave difteria padecida a los 31 años, que casi termina con su vida. Por este motivo, renuncia a su cargo, y se reintegra a la cátedra de Neurocirugía e inicia un curso de Anatomía funcional del Sistema Nervioso. Ese año, se le propone una beca para realizar el estudio de un nuevo antibiótico en EEUU.

El 15 de octubre de 1954, Carrillo verá por última vez la ciudad de Buenos Aires. Se va, con la esperanza de cumplir el objetivo de la beca y recuperar su salud.

La noticia del golpe que derrocó al General Perón, lo encuentra viajando de Nueva Cork a Boston, con su señora.

Su hermano Belisario, le escribe, anunciándole un panorama funesto: Santiago Carrillo estaba prófugo, Alfredo Carrillo y Farías Gómez, presos.

Los medios económicos para financiar su estadía fuera del país fueron bloqueados, y su casa particular, invadida por una “comisión investigadora”.

Con escasos recursos, abandona Estados Unidos y acepta un cargo de médico de una compañía de explotación de metales en Belém do Pará, Brasil. Un amigo norteamericano, le consigue un puesto en la mina de oro Aurizonia, en plena selva brasilera, a un par de horas de viaje de Belém, vía río Amazonas.

Decide enviar un telegrama al General Lonardi poniéndose a disposición del gobierno de facto para ser investigado.

Carrillo no recibió respuesta, pero al tiempo se enteraría de la interdicción de sus dos propiedades, el allanamiento de las mismas y el secuestro de cuadros y libros bajo la acusación de "enriquecimiento sin causa".

En su defensa, la hermana de Carrillo se presenta ante la Junta Nacional de Recuperación Patrimonial demostrando la legitimidad de los bienes.

Cuando venció su contrato igual permaneció en el nordeste de Brasil, en Belem do Pará, ejerciendo como médico rural, atendiendo gratis en un hospital, hasta que sufrió un accidente cerebrovascular que lo llevó a la muerte, el 20 de diciembre de 1956, sumido en la total pobreza.

En 1972 sus restos fueron repatriados y enterrados en Santiago del Estero, como él lo había pedido. Los periódicos ignoraron en su casi totalidad la penosa noticia, o escuetamente publicaron una breve referencia.

Esta demora de 16 años se debió a que la dictadura de Aramburu y Rojas se opuso a la repatriación de sus restos por "razones políticas".

“Frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres causas”, repitió hasta el cansancio.

Al Maestro, con cariño

Luis María Albamonte, más conocido como Américo Barrios, fue un periodista y escritor profundamente ligado al peronismo.
Después de 1955 acompañó en su exilio al General Juan Domingo Perón, compartiendo con éste los primeros años de su exilio.
En 1964, estando en el exterior, fue citado por Héctor García, para que se pusiera al frente de la edición matinal de "Crónica", que muy pronto creció hasta límites extraordinarios en sus cifras de venta.
Para Barrios, no sería la primera experiencia al frente de un medio tan importante. Durante el gobierno peronista, desempeñó el mismo cargo en dos medios de gran circulación: "Democracia" y "El Laborista".
En la edición de la revista Así, del 6 de noviembre de 1964, publica la nota N° 18 de una serie, que salían en esta revista, bajo el título “Con Perón en el Exilio”.
A continuación, reproduzco un fragmento de esta nota, donde da cuenta de la profunda admiración y respeto que el General sentía por uno de los más grandes hombres que tuvimos en la causa: el Dr. Ramón Carrillo.

Maestro del Maestro

   (…) De pronto, le pregunté al General Perón de que hombre había aprendido más en su vida.
El General Perón quedó un minuto pensativo. Daba la sensación de haber apresado la imagen de ese hombre, y que estaba analizándola, rodeándola de cariño y de admiración.

   La pregunta era importante, porque el General Perón hace muchos años que vienen actuando como maestro. Sus exposiciones son siempre clases, enseñanzas, como si repitiera las de sus cursos cuando era profesor en la Escuela Superior de Guerra, pero ahora con un sentido más ecuménico, universal. Yo estaba impaciente por conocer el nombre del hombre tan singular. Perón había conocido personalidades gloriosas en Italia, Alemania, Francia, España, América. Yo no tenía la menor idea acerca del hombre extraordinario a quien el General Perón, alguna vez, podría haber llamado maestro, sin que el título hubiera perdido vigencia para él. Y me dijo resueltamente:

-El hombre de quien más aprendí en mi vida se llama Ramón Carrillo.
Yo conocía a Ramón Carrillo, Médico, célebre, hombre de cultura general profunda, escritor notable, jamás limitado por las vallas comunes de la vida y del conocimiento, encontraba siempre una puerta para avanzar un poco más, y desde el otro lado contemplarse a si mismo y a los demás, demorados en la marcha porque había que andar con todos, con su ritmo y con sus ignorancias. Y era, además, una persona buena, todo corazón.

-¿Y qué aprendió de él, General?

-Aprendí esas cosas sencillas, pero reveladoras, que hacen al conocimiento de la condición humana, y a las relaciones entre las personas. Algo que vale tanto como un “placet” para transitar la senda justa del hombre. La verdadera…

   Por aquel entonces el doctor Ramón Carrillo andaba internado en la selva brasileña, ganándose trabajosamente la vida en el infierno del Amazonas.
Había sido Ministro de Salud Pública de la Nación.

martes, 21 de febrero de 2012

Tu remera


Llegué a las Islas, con una mezcla de coraje y pavor peleando en mis venas.
Ninguno de los que volvió, fue el mismo. La guerra marca la carne y el alma.
En esa yerra, se gestaron hermandades, cobijadas por el amor a la Patria, y el recuerdo de la familia que esperaba nuestro regreso.
Se apilaron en mis pupilas, historias de bravura y heroísmo, que regresan cada noche.
Las trincheras tienen una forma muy particular de parir hermanos.
En esas hermandades se apoyó mi vida, cuando volví para convertirme en un fantasma, al que la memoria desvencijada de una sociedad que miraba para un costado, despreciaba.
Vagué años arrastrando recuerdos y repitiendo escenas en mis sueños.
Me pregunté cada día, si hubiera podido hacer algo más.
Me lo pregunto hoy.
Y repaso caras y nombres en mi mente, porque me parece que recordarlos, es como mantenerlos un poquito vivos.
Me esfuerzo para que no se escape de mi cabeza, por momentos, aturdida, el tono de voz, o el brillo en la mirada, de mis hermanos que nunca volvieron.
No quiero olvidar la gracia que me causó un sapucai del correntino, que celebraba el regreso de un compañero. Para él, era una forma natural de manifestar la alegría. A mí me sorprendió.
Él se quedó a custodiar nuestras Islas. A mí, me tocó volver.
Y te juro, changuita, que después de treinta años, su sapucai me despierta algunas noches.
Y me estremece, más que el recuerdo del frío, el miedo, las balas silbando, el olor de la sangre y los ojos abiertos, pero sin vida.
Pasaron tres décadas, a fuerza de acumular días y noches, de recuerdos y lágrimas.
Muchas veces, sentí el afecto del Pueblo que defendimos, y me gratificó.
Pero hoy, te vi.
Usabas un aire despreocupado, que huele a adolescencia, una sonrisa que desperdiga juventud, y sentí nostalgias de esos días.
Pero también usabas una remera, con la estampa de una bandera, que sangraba sin que lo notaras.
Sangraba con la sangre de mis hermanos. Con la de tus compatriotas.
Esa bandera, que lucías por moda, me hizo sangrar por dentro, rompió alguna de esas venas que irrigan el alma, y los médicos no saben zurcir si se rompen.
Volvió todo el frío, toda la neblina, todo el miedo. El de las Islas, el de la desmalvinización, el de la muerte saltando sobre nuestras espaldas, llevando la bandera pirata por único atavío.
Pensé en lo vano que sería tanta muerte, si aún ellos ocupan nuestra Patria, y empezaron a ocupar nuestras cabezas.
Pensé en la madre del correntino, arrodillada frente a una tumba sin nombre, enredando un Rosario en esa cruz, tan blanca, tan sola, tan lejana.
Y pensé en sus brazos de mamá, sin cuerpo que abrazar.
Volví a pensar en vos, en tu sonrisa, tu juventud, y en tu remera.
Estuve a punto de pararte, para decirte todo esto, pero no pude.
Las lágrimas, no me hubieran permitido hablar.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Susanita


Susana Valle, “Susanita”, enfrentó una de las incontables historias de vida signadas por el sufrimiento. Sufrimiento que, el odio gorila, impartiera a tantos compañeros.

En las jornadas comprendidas entre el 9 y 12 de junio de 1956, treinta y dos patriotas cayeron por las balas de una dictadura genocida. Entre ellos, quien encabezara el movimiento que intentaba restablecer el orden constitucional, el padre de nuestra protagonista, General Juan José Valle.

Esta increíble mujer, con 18 años; hizo hasta lo imposible por evitar el asesinato de su progenitor, pero el que había dado la orden; el único que podía evitarlo, no lo hizo. La razón es, a la luz de nuestro siglo, incomprensible, pero rebasa de lógica si nos situamos en el momento citado… el asesinato no fue detenido, pues quien debía dar la orden no podía hacerlo… por estar durmiendo su siesta, habiendo ordenado previamente, no ser molestado.

Cuando ya no tenía esperanzas y sentía morirse, haciendo un último esfuerzo, visitó al general que esperaba sereno a ser fusilado. Él le entregó una nota como despedida: … “Querida Susanita: sé fuerte… no te avergüences de tu padre que muere por una causa justa”… “mi linda pequeña, tené valor, trabajá con fe en la vida”… “papito”. Pasó poco tiempo; se sacudió con los estampidos de los fusiles. Las balas la acribillaron, tanto como al General Juan José Valle, su padre, asesinado por intentar defender el derecho de los más humildes.

En los `70, fue secuestrada junto a su pareja. Ambos torturados. El desapareció; ella en cautiverio tuvo un parto prematuro de mellizos. A pesar del frío invernal, fue atada desnuda a una mesa de mármol. Sobre el pecho le pusieron una de las criaturas muerta. A distancia, dejaron a la mellicita, desnuda para que también muera ante su vista.

Llevó su lucha militante en alto y sin aflojar hasta el final. Hasta que una cruel enfermedad se la llevó de esta tierra, el 3 de septiembre del 2006; después de un largo martirio, por penurias económicas y falta de medicamentos para su mal. “Susanita”, cerró sus grandes y tristes ojos grises, para poder encontrar entre los misterios de su alma, al hombre más admirado; “papito” Juan. Me gusta pensar que allí estaba, honrándola con un saludo, que sólo se destina a un soldado de la causa: una enorme sonrisa y seis escarapelas rojo punzó sobre el pecho, como premio a su lealtad, con la Constitución Argentina.

Mientras tanto, los que nos negamos a olvidar, seguimos soñando con que algún día se les dé el lugar que a cada cuál le corresponde en nuestra historia.

A lo mejor, ya es hora, que el tramo Rosario-San Nicolás de la Ruta 9, que hoy lleva el nombre del genocida Aramburu, pase a llamarse Gral. J.J. Valle.

Seguramente, los grandes ojos grises llenos de dolor de Susanita, ese día, recuperen la alegría que le acribillaron tantas veces.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Eva Perón


El viernes próximo pasado, en la intersección de calles Eva Perón y Arenales, el grupo “Las Juanas”, en el marco de la “jornada por la eliminación de la violencia hacia las mujeres”, decidió, arbitrariamente, que esta arteria de nuestra ciudad, pase a llamarse “Eva Duarte”, alegando que ese es su nombre verdadero, y su identidad.

Los que amamos la figura de Evita señalamos, que llevar el apellido de su marido, el General Juan Domingo Perón, fue una decisión de la propia Evita, que ejerciendo un derecho, adoptó este nombre.

Contrariamente a lo declarado por la coordinadora del grupo, esta decisión es parte del libre albedrío de la persona, quedando manifiesta ampliamente su voluntad, en sus discursos y textos.

Tampoco es aceptable, que dicha elección represente simbólicamente a la mujer como apéndice del hombre. La mujer y el hombre, se complementan, sin estar ninguno por encima del otro.

Los que luchamos por las tres banderas que ellos nos legaran: Justicia Social, Soberanía política e Independencia económica, sabemos que la base de la primera de éstas detrás de las que nos encolumnamos, se logra con la igualdad de derecho de las personas, sin distinción de género.

Quisiera detenerme en otro punto el cual considero necesario analizar: resulta violento, y una amputación de la identidad de la abanderada de los humildes (título que cariñosamente le otorgara el pueblo), además de contradictorio, manifestarse contra la violencia, violentando un espacio público. Nótese que el vocablo violentar deriva de la operación llevada a cabo sin autorización, y sin consultar a quienes, inevitablemente, nos veríamos afectados por esta acción.

Resulta sospechoso, por otra parte, que fuera justamente la palabra “Perón” la que se intenta eliminar de un espacio público, en nombre de una supuesta reivindicación, de la que hacen parte, forzosamente, a la figura histórica de Evita, quién no compartía esta lucha y llevaba orgullosa su apellido de casada. Poniendo por encima de las luchas de género, la lucha por lo que fuera para ella, su prioridad, (de nada valdría un movimiento femenino en un mundo sin justicia social, dijo)

Este hecho de eliminar el nombre del General y no tomar, por ejemplo, el nombre de Nora W de Basualdo, (por citar un ejemplo de otra calle de la ciudad), resulta sospechosamente similar a la política “desperonizadora” que sufrió la Argentina a partir del 16 de septiembre de 1955.

Por citar a la propia Evita en su recordada obra “La Razón de mi Vida”: “Millones de hombres han pasado como él frente al problema cada vez más agudo de la mujer en la humanidad de este siglo angustiado, y creo que muy pocos, se han detenido y lo han penetrado como él, como Perón, hasta lo más íntimo.

Él me enseñó en esto, como en todas las cosas, el camino”

Es nuestro anhelo que rápidamente el cartel nomenclador violentado, en nombre de la no violencia, regrese a su estado original; llevando el nombre que ella eligió para sí, y el que llevamos en nuestra memoria. Eva Perón, simplemente, Evita.

martes, 15 de noviembre de 2011

Desde Aquí

A Jauretche no hay que “estudiarlo”, hay que comprenderlo. Su estructura de pensamiento no se aprende de memoria, es un esquema, una estrategia, para entender la realidad.

De nada sirve citarlo, si no logramos ver el mundo “desde aquí”.

El tema es simple. Tan simple y evidente que resulta invisible.

Consiste en saber de dónde venimos, para entender dónde estamos ubicados históricamente. Sólo desde ese lugar, podremos tener en claro quiénes somos, y hacia dónde queremos ir.

Si desde el vamos, nos da igual Sarmiento que Rosas, o Mitre que San Martín… estamos fritos.

Una vez que comprendemos que el mundo se divide en dos: un grupo mayoritario, que se resiste a ser dominado, y otro, minoritario, pero que maneja los recursos, y domina a los primeros; la cosa se hace sencilla.

Desde ahí, es decir, desde aquí, todo resulta sencillo. No es necesario leer “El Capital”, para entenderlo. La respuesta a los grandes conflictos suele ser tan obvia, que pasa desapercibida.

“Asesorarse con los técnicos del Fondo Monetario Internacional es lo mismo que ir al almacén con el manual del comprador, escrito por el almacenero”, decía Don Arturo. "Las cuestiones de economía son muy sencillas. Para comprenderlas sólo hay que saber sumar y restar. Si usted no las entiende, pida que se las expliquen otra vez. Si a la tercera sigue sin entenderlas, es que lo están robando", decía Raúl Scalabrini Ortiz…

Dos grandes marcando un camino.

Simple, sencillo, como suele ser la realidad.

El grupo de los dominantes, lo sabe. Y a diario se esfuerza por hacernos creer que la realidad es compleja e inalcanzable para los “simples mortales de inferior calidad”, que nacimos para el yugo, y nada más.

Ellos saben que no podremos ganar ninguna batalla, si no sabemos de dónde venimos, quiénes somos, ni quiénes son nuestros enemigos.

Por eso, tantas calles, plazas, escuelas y lugares públicos, llevan el nombre de la antipatria, para que no olvidemos fácilmente quienes son los amos.

También a ellos les resulta molesto, que queramos volver a ganar esos espacios públicos. Porque historia no sólo es pasado, es cimiento y simiente. La historia de hoy es la política de ayer, y la política de hoy, es la historia de mañana.

Porque revalorizar figuras como la de Arturo Jauretche, prende luces de alarma en los cuarteles cipayos. Los pone en alerta, se sienten en riesgo.

¿Qué pasaría si de pronto, comprendemos que un futuro mejor es posible?

Esa identidad cultural, ese saber de dónde venimos, nos lleva a intentar la recuperación de los nombres de espacios públicos para nuestros próceres. Aquellos que miraban el mundo “desde aquí”.

Es por esta razón, que nos desvela el cambio de nombre de la autopista Rosario-San Nicolás, que actualmente lleva el nombre del genocida: Pedro E. Aramburu y estamos luchando para que lleve el nombre uno de los nuestros. Un hombre, que cayó fusilado defendiendo la Patria: el General Juan José Valle.

Por eso también, es que un grupo de compañeros, de los que aprendieron que hay que adaptar el sombrero a la cabeza, y no la cabeza al sombrero; luchó durante años para que en Rosario hubiera un busto recordando a Jauretche.

Algunos inadaptados, vándalos… o tal vez gorilas bien informados, atacaron la escultura el día previo a su inauguración.

Lo que no sospecharon, es que él, que arrastraba sangre vasca, nos impulsaría a seguir, a pesar de todo.

El busto, amputado a golpes, fue descubierto este 13 de noviembre, día del Pensamiento Nacional, en honor al natalicio de Don Arturo.

Fue inaugurado, y será reparado.

Nada nos detendrá, ni aún la muerte.

Somos la pesadilla gorila llevada a la perfección.


lunes, 7 de noviembre de 2011

“EL VIEJO”



El flaco del jopo, y trajeado elegantemente, le metió tremendo gancho al malo, que lo desparramó por el suelo; una sola mano fue suficiente para terminar la pelea; Cranach no se levantaría ni soplándole el trasero –definición en uso, sólo por pretender ser elegante-.

En América del norte, el 13 de mayo de 1953, el boxeador argentino Eduardo Lausse, en la más sangrienta batalla de la historia, le ganaba por puntos al yanqui y morocho –tirando a muy oscuro- “Tigre” Jones. Los “piñazos” del zurdo peronista, convencieron al jurado que, aunque con el rostro lleno de heridas, él había sido el ganador.

Los dos personajes, pertenecen a la década del `50. Yo estaba convencido que Lausse era tan real como Vito Nervio; los dos llegaban a mí, por medio de revistas; el zurdo aparecía fotografiado en “El Gráfico” que mostraba esa pelea magistral, lleno de valentía y dignidad suicida; fotografiado en blanco y negro, con luz cenital y fogonazos de flash que producían obras de arte con fuerza y violencia inimaginable e inimitable. El detective criollo, en eso años, era dibujado por Alberto Breccia, que tenía como oficio, ser “tripero” en el barrio de mataderos. Alberto había nacido en Uruguay y de muy pequeño había llegado a nuestro país. El dibujo de historietas le permitió dejar de lavar tripas y patinar entre sangre y bosta de vaca; “Vito Nervio” fue su salvación y el comienzo de una carrera profesional que lo hizo ser respetado a nivel mundial.

Pero no todo eran rosas. En el `55 se produce el golpe de estado que lo desplaza a Perón del gobierno nacional; el hecho, además de pegarle en el corazón, lo sacudió en su desarrollo laboral, aunque en forma indirecta. La industria de la historieta sufrió un sacudón que la dejo al borde del abismo. El panorama laboral incierto, obligó a soluciones creativas y algunas urgentes. A comienzo de los `60, todo empeoraba para Breccia. Su esposa se había enfermado de cáncer, el pago por su trabajo era escaso; el drama aparecía en todos los rincones; pero ocurrió algo difícil de comprender; en el peor momento de su tragedia, crea “Mort Cinder”. Trato de imaginarme aquello; el costo de la enfermedad se llevaba más de lo que podía cobrar por su genio. Un litro de leche y un alfajor era lo que dividían por día, para comer los dos, y así; allí en medio del sufrimiento, emergieron aquellas páginas geniales. ¿Cómo pudo hacer semejante obra? ¡No puedo comprender!, y hace muchos años que me paralizo ante semejante locura genial.

Años después, siendo “EL maestro”, de mal humor, crítico e intolerable – derecho ganado a pura creación- renegaba de los mediocres. A pesar de no ser la simpatía la mayor de sus virtudes; fue elevado por sus fanáticos hasta el mayor de los altares, adorado y admirado como lo que fue: UN CREADOR de talento inalcanzable para un esforzado mortal que sólo se puede acercar a EL, mirando su obra.

Cuando lo requerían de todo el mundo, se lo distinguía con el renombre de: “EL viejo”, un título aristocrático, con el que fue premiado por todos sus colegas a escala mundial.

Los que conocimos a Vito Nervio, sabemos que existió, y que el que le dio vida fue Alberto Breccia, además las piñas del personaje dibujado dolían de verdad.

El 10 de noviembre de 1993, fallecía el personaje Alberto Breccia, dibujado magistralmente por “EL viejo”, por eso, el próximo jueves se evoca el “Día del dibujante”.



En homenaje al Compañero peronista, Alberto Breccia.



Agrupación Arturo Jauretche

lunes, 17 de octubre de 2011

¡Feliz día, compañeros!

domingo, 2 de octubre de 2011

Pablo Crocchi

"Un militante de la Causa Malvinas y en general de la defensa de la soberanía Nacional."
Biografía
Nació en Buenos Aires, en el barrio de Palermo el 29 de agosto de 1955, casi en vísperas de la llamada Revolución Libertadora que derrocara al Presidente Perón.
Por Juan Crocchi (hermano de Pablo)
Era hijo de un Coronel del Ejército, del arma de infantería, que tenía en ese entonces el grado de Mayor.Su padre pertenecía a la corriente nacional y popular y le había tocado estar debajo de las bombas en el bombardeo a la Plaza de Mayo el 16 de junio de ese mismo año.
Desde muy pequeño, Pablo, teniendo solo meses empezó a vivir en distintas provincias en las cuales se fue criando y creciendo, dado los traslados que tuvo su padre al cual acompañaba su familia.
Así estuvo en Bahía Blanca, Uspallata, Salta, San Luís, de nuevo Buenos Aires, Corrientes, San Juan, Mendoza, Comodoro Rivadavia, lo que le permitió tener un gran panorama de casi todo el país desde niño hasta adolescente.Hizo su primer grado inferior donde empezó la escuela, en la Ciudad de Corrientes.Desde pequeño se interesó por la lectura, cuentos, novelas, mitología griega, que era incentivado por su familia.También desde niño aprendió y practicó con gran pasión el andar a caballo y aprendió muy bien a nadar desde los cuatro años ya que en Corrientes estaba en la pileta prácticamente seis meses al año por el calor que hacía.
Estando en Mendoza, a los nueve y diez años jugaba muy bien al ajedrez, habiendo participado en un torneo infantil.Ya a esa edad le gustaba la aventura, el campamentismo, pasear por los cerros a pié y a caballo, pescar y en general actividades en contacto con la naturaleza.
Gustaba también mucho de visitar asiduamente el museo de Ciencias Naturales.Termino la primaria a los doce años (ya que estaba un poco adelantado) en Comodoro Rivadavia e ingresó luego como Cadete al Liceo Militar General Roca.
Allí se destacó por su seriedad y sus aptitudes militares, perteneciendo a la escuadra de Equitación.Posteriormente, por los traslados de su padre volvió definitivamente a vivir a Buenos Aires, donde hizo el resto de su escuela secundaria en el Colegio Nacional Manuel Belgrano. No fue muy buen estudiante, aunque si un gran lector de historia, geografía y literatura en general y poseedor ya de una gran cultura.Terminó su secundario en 1972-1973.
En 1973 estuvo en Ezeiza para recibir al General Perón cuando fue el tiroteo espantoso provocado por el ERP contra el palco y con toda la gente común en el medio.Ingresó en 1974 en la Facultad de Derecho de la UBA. En los años 76 y 77 siguió estudiando y trabajando por su cuenta. En el año 1978 cortó la prorroga que había solicitado para el Servicio Militar y fue incorporado en el Ejército como soldado.
Allí, luego de haber cumplido con los tres meses de instrucción y luego de estar unos meses en la biblioteca de la Asesoría Jurídica del Ejercito, solicitó ir como voluntario a la Antártida, donde estuvo desde setiembre 78 hasta abril del 79. Esto lo marcó mucho en su personalidad por el resto de su vida. Se destacó como soldado siendo ascendido a Dragoneante.
Luego de un par de años más, largó derecho, mas que nada por estar disconforme con la rigidez de las cátedras ( no nos olvidemos que era la época del Proceso) y se dedicó a trabajar por su cuenta mas que nada en la venta de computadoras, Fax y fotocopiadoras en lo que se especializó.
Nunca dejó del todo la militancia política. En 1982 estuvo en la Plaza de Mayo cuando fue la primera gran manifestación popular en años, por el apoyo al gobierno en la recuperación y ocupación de Las Malvinas.
Se ofreció como voluntario para ir a combatir a Malvinas. No lo llamaron, pero tiempo mas tarde le llegó un pergamino del Ministerio de Defensa reconociéndolo como voluntario.
En el 83 trabajaba políticamente en el Ateneo Santa María de los Buenos Aires. Era afiliado al Partido Justicialista. Se aparto de la militancia en el peronismo durante la infame década Menemista.
En el 94 fue premiado por la empresa Cannon donde trabajaba, por ser el mejor vendedor y lo mandaron a EEUU para presenciar el mundial de fútbol con todo pago, incluidos hoteles de 5 estrellas.
En el año 2001 sufrió un brutal ataque cardíaco producido fundamentalmente por el stress (muerte súbita) donde sobrevivió por milagro (32 paros cardiacos).
Luego de eso, volvió a la militancia política y se dedicó al periodismo de investigación histórica y defensa de la Soberanía en la Antartida y Malvinas. Durante los últimos 5 años estuvo codirigiendo el programa Mas Allá del Sur los sábados a la noche, único programa en el país dedicado a la Antartida. También participó en varias mesas de trabajo orientadas al reclamo de la soberanía Nacional.
Colaboró con varias publicaciones de todo el país. En los dos últimos meses había sido contratado por la Universidad de Lanús para escribir artículos dedicados al reclamo argentino sobre Malvinas y participó en los últimos tres días de su vida del Primer Congreso Internacional por Malvinas en esa Universidad.
Falleció el 2 de octubre de 2010, nueve años mas tarde casi justos de su primer ataque cardíaco.Fue un excelente hijo, hermano, tío y tío abuelo, siendo entrañablemente querido por toda la familia y por muchos amigos.

Algunas de las notas publicadas por Pablo Crocchi en El Malvinense.

http://www.malvinense.com.ar/smalvi/11/1991.htm

miércoles, 24 de agosto de 2011

A la peña del cielo




Se fue un grande, no me caben dudas. Un revolucionario, que se atrevió a ser vanguardia y novedad. Pero, quiero recordarlo, desde otro lugar. Desde el lugar en que nuestros corazones se confundieron y empezaron a latir al unísono.

Por eso, estas palabras para él:

Changuito:

Hoy quiero recordarte, compañero, por otras cosas, no solo por la música, que será un legado, que te mantendrá eternamente entre nosotros.

Dice Leonardo Fabio: no soy un director de cine peronistas, soy un peronista que hace cine, y vos, Chango, eras un peronista que hace música.

Nos conocimos cuando vos, luchabas desde la legislatura en el 2007, se aprobara la declaración de sitio histórico la casa de French 3036 (La casa de los Carrillo), en la última sesión de la legislatura.

Para ese entonces, te pusiste a laburar a mi lado, con una campaña que en desde Venado Tuerto, asomaba al intento de ayudar a Soledad, la hija de Susanita Valle. ¡Claro! Tu corazón no le podía decir que no a eso.

En medio de estas idas y venidas de ideas, entre chistes peronistas, nos encaramamos en lograr tu propuesta, de declarar al Tango como “Patrimonio Cultural de la Humanidad

Después, nuestro corazón que se niega a olvidar, hizo que nuestros caminos se volvieran a juntar, intentando que el nombre del tramo de la ruta 9, autopista Rosario-San Nicolás, que todavía se llama Aramburu, dejara de reivindicar ese nombre lleno de sangre, por uno lleno de Patria: Gral. Juan José Valle.

Te llamé, y no lo dudaste. (Todavía no lo conseguimos, hermano, pero seguimos la lucha, y prometo que más allá de los resultados, no vamos a dejar de pelear)

Llamadas por teléfono, correos electrónicos, que conservo con especial cariño, y humoradas compartidas.

Abrazos peronistas que no entienden de distancias.

Tejimos sueños juntos, y algunos, los alcanzamos, compañero.

Podría seguir escribiendo, páginas enteras de recuerdos, Chango, pero acá me detengo. No quiero interrumpirte en la zapada que debés estar organizando allá arriba.

Te dejo, por ahora, desgranando un recuerdo muy especial… Cuando te conté que el Pro, allá por Octubre de 2009, me había hecho una “pegatina” en el tapial de mi casa, te dije: cumpa: me están mojando la oreja… Y vos dijiste que lo transformara en un lugar peruca… Y lo hice… Pinté un mural, de ese abrazo entre ellos, que todavía está ahí.

Cuando te mandé las fotos, me respondiste el correo con estas palabras:

“Querida Vazquita, ésta gente que hace 200 años viene "rompiendo", siempre fueron autoritarios, mentirosos, crueles, inquisidores, son los que creen que los argentinos venimos de los barcos, los que van a conmemorar el Bicentenario...en fin...ese mural es un buen antídoto contra todo eso, te va a cuidar...¡¡¡VIVA PERON CARAJO!!!!....CHANGO”

No te equivocaste, Chango. Ellos me cuidan, y hoy, seguramente, se confundieron en un abrazo descamisado con vos, que tanto hiciste por la causa.

Hasta el próximo encuentro, hermano del camino. Desde acá, te abrazo.

martes, 26 de julio de 2011

A EVITA























Talló su alma en madera de pobreza

y convencida, arremetió a la nada

con la sangre encaramada a la tristeza

y el coraje rebalsando su mirada.


Halló el amor desbrozando la maleza

de un pueblo harto, y un líder de asonada,

y sin pensarlo, entregó fuerza y belleza

a la epopeya de ser abanderada.


No la pudieron la insidia y la vileza.

Para el Pueblo fue una tromba disparada

reivindicando al humilde y al “cabeza”.

A puro ardor, de la noche hizo alborada.


Fue pan para el pobre, fue miga y corteza.

Fue tigresa de su hombre en la parada,

aleluya esperanzada del que reza,

de la mujer emblema, del niño hada.


Muerta, hoy es mito. Pasó por la certeza

del querer devuelto, aunque también fue odiada.

El odio perdió. Su altar en tanta pieza

dice que no murió. Ahora es alada.


LEON GUINSBURG

viernes, 1 de julio de 2011

Hoy es 1º de julio


"...Toda lucha es grata y llevadera, si el objetivo es alto, heroicos los jefes y fieles los compañeros”.
Evita

¡Salud, mi General!

¡Salud al hombre del siglo, al hombre del bicentenario, al hombre del destino...!

¡Salud a aquel que fundó la nueva Argentina en la que los niños eran los únicos privilegiados, las cárceles estaban prácticamente vacías, al Presidente se lo llamaba “primer trabajador” y las Primeras Damas vivían y morían trabajando y dando ejemplo!

¡Salud al heredero de San Martín, Artigas y Bolívar en el largo trabajo de unir a la América del Sur!

¡Salud al fundador de los complejos hidroeléctricos, los polos petroquímicos, los altos hornos siderúrgicos y los caminos que hicieron grande a la industria nacional!

¡Salud al creador del IAPI y del Estatuto del Peón de Campo que pusieron a nuestra producción agropecuaria entre las mejores del mundo!

¡Salud mi General! y gracias por la Constitución de 1949, no superada aún en la legislación de ningún lugar del mundo pero negada por los burócratas argentinos!

¡Salud mi General y gracias por tu carta a los pueblos y gobiernos del mundo de 1972, en la que sentaste doctrina respecto del medio ambiente y la ecología!

Salud al que arrebató a los ingleses, el Banco Central, los Ferrocarriles y la Administración de Puertos, entre otras cosas.

¡Salud al indiecito Juan Sosa que supo expropiar tierras a la oligarquía para entregárselas a nuestros hermanos, los indios!

¡Salud al fundador del Movimiento Peronista en el que se refugian todos, incluso para desde allí, negarte!

¡Salud al padre de la Argentina moderna!

¡Salud al resistente de más de 18 años de exilio, sin subsidios dorados, ni Comisiones de Derechos Humanos de la OEA para defender a sus leales!

¡Salud al resistente de siempre; fusilado con balas de silencio o de mentiras!

¡Salud General venerado por los abuelos cuyos derechos elevaste a rango consitucional!

¡Salud Cristiano verdadero, odiado por los fariseos de ayer y de siempre por haber dado de comer al hambriento y de beber al sediento!

¡Salud al fundador de la Revolución Social Justicialista, realizada en paz, sin fusilados por derecha o por izquierda y con los trabajadores disfrutando de la mitad de la renta nacional y de la plena ocupación!

¡Salud al que enfrentó a los imperialismos y a sus alcahuetes locales, sin medir las consecuencias y por eso le serrucharon las manos!

Somos el amor de Evita y su sólida convicción Peronista por conciencia nacional, por procedencia popular, por convicción personal y por apasionada solidaridad y gratitud al pueblo argentino…

Somos el Pensamiento Nacional militado desde siempre, para quienes la Patria no ha sido ni será un negocio.

Somos los jóvenes, aquella “maravillosa juventud” que se metió en la historia –negada– a punta de coraje y armados de la sólida verdad que empezaba y empieza con P de Patria, de Pueblo y de Perón. Aquella juventud que sigue sintiéndose orgullosa de haber tenido un jefe como vos. Aquellos jóvenes que no pedían nada porque lo querían todo.

Somos los mismos; los de cada 17 de octubre y cada 17 de noviembre. Los de aquel 20 de junio de la alegría apagada por las balas gorilas. Los que el 1º de mayo de 1974 fuimos con nuestros hijos y nuestros padres a agradecerte a una sola voz: “¡Conformes, General!”

Somos los que apoyamos a tus tres gobiernos hasta el último aliento, hasta el último segundo y vivimos para reivindicarlos. Siempre. Y apoyamos hoy a la lucha contra las patronales del campo; y la recuperación de los fondos que querían robarnos las AFJP; y la Nueva Ley de Servicios Audiovisuales, y la recuperación de Aerolíneas Argentinas y AySA; y la asignación universal por hijo; y toda lucha que implique la continuidad de la Revolución Social Justicialista.

Y somos los que no olvidamos, los que creemos profundamente en la Memoria, la Verdad y la Justicia y por eso recordamos que los años más felices fueron peronistas y por eso seguimos queriéndote y sosteniendo tu ideario como el de la auténtica reconstrucción y liberación nacional.

¡Salud padrecito de los pobres!

¡Salud querido General!

¡Salud Compañero en Jefe y hasta cada lucha!

Roberto Surra

Peña Roberto Heredia. Tres de Febrero

lunes, 23 de mayo de 2011

EL REVISIONISMO HOY: Por Francisco José Pestanha

.. Que no te cuenten los libros lo que está pasando afuera…

Joan Manuel Serrat.


Consideraciones preliminares

A modo de aclaración debo manifestar que si bien desarrollo cierta actividad académica en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires en el área vinculada al Derecho a la Información, mi preocupación e interés por el acontecer histórico de nuestro país se vincula simplemente a cierta inquietud espiritual y al profundo amor que siento por mi terruño. Hago esta advertencia plenamente consciente que algunas de las observaciones que voy a verter a continuación inducirán seguramente a la polémica, más aun cuando el presente -según me han manifestado- será incluido en una publicación de la Facultad de Filosofía y Letras, en cuyo seno se alberga una parte destacada de los historiadores del país.

No obstante ello, he aceptado el desafío, ya que la polémica constituye un verdadero un antiguo arte que en materia discursiva presupone una lucha por espacios y jerarquías, y que se manifiesta como una suerte de guerra retórica donde los contrincantes según E. Lois, “… son llamados a encontrarse y a enfrentarse, ya sea de manera conflictiva (por la guerra o la competición) o bien de manera contractual (por la negociación y el intercambio).” Don Arturo Jauretche fue en su época plenamente consciente de la virtuosidad del ejercicio de este arte en nuestro contexto. El Linqueño se autocatalogaba como polemista, ya que conocía los efectos que dicha práctica generaba en las percepciones de nuestros paisanos y, de tal forma, recurrió en innumerables ocasiones a la polémica con la sana intención de contribuir, desde su particular óptica, a demoler ciertas estructuras simbólicas erigidas a partir de la constante tendencia a la imitación que caracterizó -y aun caracteriza- a nuestras “clases ilustradas”. La recurrencia a “lo polémico” tenía para Jauretche un objetivo principal: el de estimular pasiones para despabilar conciencias y orientarlas hacia el desarrollo de un sentido común.

No cabe entonces sino recibir con profundo beneplácito la iniciativa impulsada por las autoridades de la Facultad de Filosofía y Letras, a través de su “Centro Cultural Francisco “Paco” Urondo”, consistente en la realización del Encuentro “El revisionismo hoy”, llevado a cabo en el mes de noviembre del año pasado. Dicho encuentro nos invitó a reflexionar una vez mas sobre esta corriente revisionista que, aunque marginada e ignorada todavía por ciertos sectores “académicos”, sigue produciendo innumerable cantidad de textos y escritos desperdigados por toda la geografía del país.

Basta para sustentar tal afirmación, señalar el fenómeno de multiplicación exponencial de este tipo de ensayos en la red y, además, la proliferación de las obras de sus exponentes: Norberto Galasso, Jorge Sulé, “Pacho” O Donnell, Ernesto Goldar, Horacio Maceyra, Delia Maria García, Ernesto Adolfo Ríos, Pablo José Hernández entre tantos otros. Este dato de la realidad debe ser necesariamente observado y abordado por la Universidad; el acontecimiento de noviembre, por tanto, fue esencialmente un hecho científico.

Expuestas tales aclaraciones, considero necesario hacer breve referencia a mi percepción sobre el fenómeno histórico. Considero, aunque resulte una obviedad, que la historia no solo resulta narración y exposición de los acontecimientos del pasado a partir de esa seductora labor que suelen desarrollar historiadores profesionales o simples aficionados. La historia es esencialmente una relación entre sucesos y procesos públicos que acontecen en los pueblos y que se entremezclan con hechos o manifestaciones de la actividad de los seres que los componen. La historia es entonces un fenómeno eminentemente social, que da cuenta del devenir de una comunidad determinada, es decir, de un propio desarrollo evolutivo que mientras cobra vital significación en el presente, contribuye a cimentar el futuro.

En el proceso histórico suelen entremezclarse acontecimientos plácidos y constructivos con otros traumáticos y disgregantes. Tal como enseña el maestro Juan Francisco Cirigliano: “Toda la historia es nuestra historia. Todo el pasado es nuestro pasado. Aunque a veces preferimos quedarnos con sólo una parte de ese pasado, seleccionando ingenua o engañosamente una época, una línea, unos personajes, y queriendo eludir tiempos, ignorar hechos y omitir actuaciones”.

El conjunto de los acontecimientos que componen el universo de lo pretérito suele abordarse desde el presente y expresarse a partir de un relato que aspira a transmitirse mediante la simple tradición oral o escrita, o a través de las instituciones y de los ciclos educativos. La transmisión de dicho relato -entre otras funciones– tiene como objetivo rememorar un pasado común que forma parte de la identidad colectiva, además del de contribuir a procesar y elaborar esa experiencia colectiva en función del desarrollo del futuro.

La labor de los historiadores -ciencia y método históricos mediante- es la de hurgar lo más profunda y honestamente posible en dichos acontecimientos, para luego volcarlos en un relato que debe anhelar el mayor sustento en la realidad observada y la mayor posible en los procesos verdaderamente significativos. Todo ello sin dejar de observar que la objetividad absoluta resulta un imposible, ya que los seres humanos somos, en cierto sentido, prisioneros de nuestra propia subjetividad. La producción historiográfica nunca es aséptica, y aunque una de las funciones principales de las academias sea la de lograr la máxima asimilación entre relato y verdad, ciertos preceptos, presupuestos, y por que no prejuicios, nutren al historiador y determinan su obra, mas aún cuando ella se encuentra contenida en un proceso político convulsivo y/o antagónico.

El revisionismo Histórico

Aunque el “revisionismo histórico” como corriente de la historiografía comenzó a germinar en nuestro país a principios del siglo pasado, su existencia presupone raíces mucho más profundas. Es de mi opinión, además, que surgió como nítida reacción ante ciertas omisiones y alteraciones contenidas en el relato oficial impulsado por el mitrismo..

Bartolomé Mitre fue ante todo un estadista, y como tal, entre otras tantas acciones que impulsó desde el poder, dedicó ingentes esfuerzos a estructurar un relato histórico funcional al proyecto de país que diseñó junto con otros integrantes de la generación vencedora de Caseros y Pavón. Mitre tenía plena convicción de la importancia que posee el mito histórico en la formación de las conciencias, sobre todo en los ciclos escolarizados. Sabía que debía operar en tal sentido, y no dudó en recurrir a sutiles artimañas para lograr su cometido.

Su estrategia fue coherente y consistente. Para eliminar definitivamente ladisvaliosa estirpe criolla (esa despreciada dimensión “facúndica” tan vinculada a la barbarie prehispánica y a la decadencia hispánica) no cabían medias tintas. A tales efectos, recurrió a la supresión de muchos eventos históricos y sociológicos trascendentes, a la exaltación de otros no tan trascendentes, a la adulteración de otros tantos, y la construcción de una cadena sucesiva de próceres que resultaran funcionales al ideario de aquellas “razas superiores” que, según la inteligencia culta del puerto, integrarían una nueva Argentina como prolongación de la Europa Civilizada. La “historia” de Mitre es una historia protagonizada por individuos, no por comunidades; es una historia de episodios, no de procesos. La historia de Mitre además, al decir de Methol Ferre, constituyó un relato que se “…completó con la concepción estratosférica del país en cuanto se excluyeron las causales internacionales de los hechos propios o inversamente se excluyeron los hechos propios de las causales internacionales..)”

Mitre se concentró especialmente en la etapa posterior a mayo de 1810, trazando así una línea que algunos revisionistas denominarán Mayo-Caseros. Me refiero al período de la lucha entre la “civilización y la barbarie”, y en la que sus verdaderos protagonistas, los caudillos federales (bárbaros) aferrados a la tierra y a sus tradiciones, debían ser suplantados por doctores portuarios (civilizados) iluminados y comprometidos con el ideario liberal del progreso indefinido. Todo evento o actor que se opusiera a este cometido era disfuncional para un proyecto de repoblamiento, que como todo proyecto al fin, requería de sus antagonistas.

El revisionismo histórico, como sostuve precedentemente, tuvo un origen reactivo y a la vez disociado. Las primeras obras revisionistas surgieron de impulsos individuales, es decir, no encontraron encuadramiento en corriente ninguna, ni existía entre los autores vinculación orgánica. Téngase presente que la obra de Saldías, señalada por algunos autores como pionera en la materia, surgió del mismísimo riñón de Mitre.

Pero más allá de tal circunstancia, no cabe duda que el cuestionamiento respecto a la historia oficial vino no solamente a desentrañar esa dicotomía entre realidad y relato que muchos paisanos venían corroborando casi intuitivamente, sino a cumplir con una función medular para la adecuada comprensión de nuestro pasado: la función de revelar ciertos aspectos históricos y sociológicos altamente significativos ocultos o adulterados deliberadamente por la estrategia y por la tradición mitrista.

¿ grietas en la estrategia mitrista?

¿Algo falló en la estrategia mitrista? ¿Cuales fueron las razones que determinaron el surgimiento y la vigencia de una corriente crítica que, con mayor o menor vehemencia y rigor metodológico, cuestionó y aún cuestiona un relato histórico que alguna vez se creyó inmutable e inquebrantable?.

Considero que la estrategia mitrista entró en crisis por un cúmulo de razones, algunas de las cuales enumeraré a continuación, dejando expresamente sentado que tal enumeración no resulta taxativa:

I) La supervivencia de un componente étnico y cultural prehispánico que, aunque diezmado por la política de conquista del territorio, logró preservar parcialmente sus rasgos, y que con el transcurso del tiempo, comenzó con mayor potencia a participar e integrarse activamente en la vida nacional, y además, reivindicar de su acervo.

II) La supervivencia innegable del emergente racial-cultural generado a partir del encuentro entre el español y el aborigen: el mestizo. En tal sentido, debe tenerse en cuenta una diferencia esencial entre el proceso de conquista de la América del Norte por los anglo-sajones y la del Sur por los íberos: la inexistencia (en la segunda) de un tabú sexual, y por ende la irrupción del mestizaje como dato sociológico altamente relevante.

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III) La importancia estructural y estructurante de tradición hispánica y cristiana en la conformación de valores en la comunidad iberoamericana.

IV) La composición de base multígena de la comunidad iberoamericana.

Estos, entre otros factores, contribuyeron lenta pero inexorablemente a desguarnecer la destreza mitrista.Mitre y los suyos erigieron su victoria relativa sobre la base de la represión física y simbólica. No cabe duda que tras el triunfo, lograron consolidar una superestructura cultural nada despreciable y, dentro de ella, imponer un relato histórico funcional a un proyecto de país que implicaba el re-poblamiento inducido y selectivo de nuestro territorio preferentemente con las “razas viriles” (al decir de Alberdi) del norte de Europa.

Pero pervivencia física y simbólica de lo preexistente, tarde o temprano, iban a reclamar su lugar en la historia. La historia misma enseña que toda política represiva que no obtiene una victoria absoluta tarde o temprano comienza a presentar fallas y grietas; el proyecto de Mitre, admitió demasiadas grietas en su derrotero, y señaló los primeros indicios de su propia descomposición.

Debemos tener cabal conciencia que la premisa alberdiana “gobernar es poblar” implicaba el repoblamiento compulsivo del país, hecho que se materializó a partir de dos aluviones inmigratorios a fines del siglo XIX y principios del XX.

Como es de imaginarse, tamaña incorporación de inmigrantes provenientes preferentemente de Europa, comenzó a generar en la comunidad local una inestabilidad no prevista ni deseada por una oligarquía acostumbrada a obrar como patrones de estancia. La experiencia indica que para que una política aluvional en materia inmigratoria sea eficaz debe presuponer, por una parte, la existencia de instrumentos políticos y jurídicos aptos para contenerla y encauzarla (y en ese sentido, los concebidos por la intelligentzialocal resultaron cuanto menos inconsistentes) y, por la otra, una actitud de grandeza y de sentido estratégico nuestra oligarquía no poseía.

Resulta clave para comprender este tópico la cuestión de la distribución de la tierra.

Gran parte de los inmigrantes que llegaron a estos lares expulsados de una Europa sumergida en la miserabilidad, arribaron aquí con esperanzas de progreso y además con ilusión de encontrar un terruño donde asentarse (sed de tierra). La oligarquía local al ejecutar su política inmigratoria, perseguían otro objetivo: conseguir mano de obra calificada para reemplazar al bárbaro y al vago, pero sin la mínima intención de ceder ni un ápice en sus intereses latifundistas.

En dicho contexto (es decir, en el de una avalancha inmigratoria con esperanzas insatisfechas y con “sed de tierra”, y de una oligarquía que la promovió simplemente para satisfacer sus intereses sectoriales) comenzó casi inmediatamente un proceso de micro-convulsiones que empezaron a cobrar cada vez mayor trascendencia.

Por un instante imaginémonos a aquella Argentina de fin de siglo XIX y principios del XX, invadida por millares de grupos familiares deseosos de progreso económico y con su bagaje de pautas culturales y de ideas, que llegaba a un país que les “garantizaba” todo tipo de libertades, pero que a la vez ya contaba con una población estable que se había consolidado durante siglos.

Resulta entonces lógico y comprensible que las primeras reacciones ante esta “amenaza” cosmopolita surgieran de aquellos sectores que, aún sin pertenecer a los estamentos oligárquicos, habían adquirido cierto protagonismo en la vida nacional, y que además se encontraban aferrados a ciertas tradiciones. Para gran parte de estos sectores, sobre todo los que se asentaban en las provincias, la base constitutiva de los valores nacionales estaban vinculados a la tradición hispano-católica, aunque ciertamenteaggiornados por la experiencia americana. Surgió entonces de esta forma el temor a la transculturación y a la pérdida de identidad, y porque no, a la pérdida del protagonismo social, político y económico.

Un proceso similar pero de diferente origen, venía incubándose en el país a consecuencia del proyecto oligárquico vinculado a la conquista del desierto. Esta vez se trataba de aquellos excluidos del proyecto de los `80 que habían encontrado refugio más allá de la frontera: el indio y el gaucho, la “barbarie” según la tradición sarmientina. Descartados, masacrados y olvidados aun pervivían, y se acomodaron transitoriamente a su nuevo status. La obra de Hernández fue su testimonio en términos de verdadera épica.

Desde ambas realidades, aunque lógicamente desde intereses contrapuestos, surgió la necesidad de fortalecer lo propio. Para los unos, a través de la dimensión cultural hispano-católica, y para los otros, desde la vindicación de la estirpe criolla con componente originarios. Ante un mito histórico que planteaba el triunfo de una concepción liberal portuaria con impulso cosmopolita, la esencia y reacción del interior aparecía como razonable y necesaria, y de allí, la reaparición de Rosas y de los Caudillos Federales, de la Argentina “Facúndica” al decir de Taborda.

Podría tomarse por cierto que aquel primer revisionismo aparece como el producto de una élite que se sentía cuestionada y temerosa de perder su legitimidad, y que la figura de Rosas se erigía como un emergente funcional para ratificar su identidad y su posición social. Pero en forma paralela, aunque no desarticulada del todo, aparecía también el emergente criollo, tal vez mas soslayado, pero no menos fecundo.

Fue posteriormente, en épocas del forjismo y coincidente además con un inédito proceso de migración interna, donde ambas corrientes en principio divergentes comenzaron un proceso de síntesis, que se complementó además con cierto acervo cultural inmigratorio. La razón de tal integración se debió, entre otros sucesos, a una circunstancia pocas veces tratada: la yuxtaposición de los excluidos. Los extranjeros por millares, privados del acceso a la tierra por la avaricia oligárquica y asentados en las orillas de la “civilización”, comenzaron a confluir en vida y experiencia con los peones expulsados de las haciendas por la crisis del modelo agro exportador del año 30. Ese intercambio fue esencial. Los inmigrantes aportaron su conocimiento en materia de trabajo industrial, su cultura y sobre todo su acervo ideológico; los criollos, por su parte, compartieron sus conocimientos en materia rural, su arraigo, su cultura y su sentido tradicional. Tal mixtura, tal sincretismo, sumado a los aportes provenientes del nacionalismo de élite, dio origen a una nueva cosmovisión de lo nacional tan magistralmente acogida, entre otros, por Scalabrini Ortiz en su visión multígena de la comunidad nacional.

Pero los acontecimientos descriptos precedentemente, que dieron lugar a la incorporación de lo popular a lo nacional, no pueden ni deben empañar la obra de un primer revisionismo que sin lugar a dudas contribuyó no sólo a develar infinidad de aspectos de la historia oculta o sumergida por la represión Mitrista, sino también a revalorizar algunos componentes culturales y simbólicos aportados por el mundo ibérico y además a determinar la verdadera situación geopolítica de la Argentina. De allí la importancia de obras como la de Gálvez, Quesada, Castellani, Doll, Irazusta y tantos otros, más allá de los intereses que los hayan impulsado, de la clase a la que hayan pertenecido, y aún de la posición ideológica que hubieran sustentado. Tampoco puede soslayarse los aportes que provinieron de la Izquierda Nacional con luminarias como Ugarte, Ramos y Spilimbergo.

En esta línea de razonamiento creo entender que quienes se interesan profesionalmente por la historia local no pueden continuar a ignorando los aportes que aun hoy realiza un revisionismo, que como otrora, recurre al ámbito extra académico para desarrollarse. Tampoco puede incurrirse en el pecado de autodenominados y publicitados “neo revisionistas”, que consiste en abordar el pretérito desde categorías vigentes en el presente. Tentar un ejercicio retrospectivo del pasado a partir de conceptos como “lo democrático” o “lo popular”, o incluso “lo institucional”, tal como los concebimos en la actualidad puede inducirnos a cometer errores imperdonables, ya estos, entre tantos conceptos, adquieren sentidos específicos en épocas diferentes. ¿Quién resultaba más popular o democrático, San Martín o Rosas? ¿Puede sostenerse sin temor a equívoco que las montoneras eran milicias sustentadas en un ideario más democrático y popular que las milicias Rosistas, (los colorados del monte)?. Y si así lo fueron, ¿cuáles de las dos resultaban más eficaces para consolidar la unidad territorial y conceptual que requería un país desgarrado en la anarquía? ¿Puede hablarse realmente de alguna milicia democrática o popular en aquella época tal como las concebimos en la actualidad? (Reitero mi carácter de lego en la materia, pero permítanme resguardarme en el beneficio de la duda respecto a esta práctica hoy desgraciadamente mediatizada)

Cuando se aborda el pasado debe efectuarse el ingente esfuerzo debe ubicarse e inmiscuirse en la época, en las ideas vigentes, en los intereses en pugna, en las necesidades geopolíticas, en los sentimientos religiosos y/o espirituales, en la geografía, en el clima, etc., pero siempre desde una posición de honestidad de respeto y sobre todo desde una autoconciencia de la subjetividad.

La dimensión funcional del revisionismoAunque reconozco que dentro del revisionismo histórico existen posiciones encontradas creo encontrar en todas ellas algunos puntos de encuentro: su origen, su carácter y su sentido funcional. Futuros encuentros en los que necesariamente habrá que incluir los ancestrales aportes de los primeros habitantes de la tierra a esta corriente, podrán afirmar o demoler esta postura.

Como intuitivamente no creo en los estancos, creo en los procesos, no creo en las divergencias infinitas, creo en las disociaciones y en las asociaciones, creo firmemente en que los pueblos van transitando su propio desarrollo evolutivo y a partir de ello desplegando un sentido común que contribuye a elaborar y superar traumas colectivos, además de formular categorías propias de análisis. La funcionalidad del revisionismo no fue otra que la de elaborar el trauma generado por las élites portuarias e iluminadas: el trauma de la negación, del olvido, de la marginación.

Breve conclusión

Nuestra historia, como la de cualquier comunidad, se encuentra plagada de contradicciones y defecciones, y entre tantas, las de aquellos que eligieron el camino de la interpretación revisionista. Irazusta, Palacio, Ramos, Doll, Gálvez, Castellani, Rosa y tantos otros las tuvieron seguramente. Pero hay que comprender que ellos eran el emergente de una porción de la argentina menoscabada, olvidada. La ciencia histórica, aún considerando extracientífica la producción revisionista, no puede seguir ignorándola como lo ha hecho durante tanto tiempo. Ignorar o menoscabar la producción revisionista es un acto reprobable, porque, como he sostenido precedentemente, la historia es esencialmente proceso social y todo acontecimiento dentro de ese proceso debe ser abordado científicamente, mas aun cuando tales realizaciones (como el revisionismo) han nutrido y aún nutren los fenómenos políticos mas relevantes de nuestra historia reciente.

  • Francisco José Pestanha es abogado, ensayista y docente de la Universidad de Buenos Aires. Es además Secretario Académico de la Comisión Permanente de Homenaje a FORJA, y Presidente del Instituto de Estudios Estratégicos Malvinas, Patagonia e islas del Atlántico Sur.
  • * Ponencia publicada en la revista “Espacios” editada por la Secretaría de Extensión universitaria de la Facultad de Filosofía y letras. Universidad de Buenos Aires