¿Qué es una zoncera?
“Principios introducidos en nuestra formación intelectual desde la más tierna infancia -y en dosis para adultos- con la apariencia de axiomas, para impedirnos pensar las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido.
Hay zonceras políticas, históricas, geográficas, económicas, culturales, la mar en coche.
Algunas son recientes, pero las mas tienen raíz lejana y generalmente un prócer que las respalda”.
Las zonceras de Rivadavia tienen un origen muy posterior a su fallecimiento. Zonceras como “el más grande hombre civil de la tierra de los argentinos” o “el hombre que se adelantó a su tiempo, son en realidad, frases que inventó Bartolomé Mitre, en un discurso de homenaje en 1886.
Como Bernardino Rivadavia no acertó en una sola de sus fantasías, concebidas y ejecutadas a destiempo, la enseñanza oficial invirtió los términos: en lugar de decir que Rivadavia actuó a destiempo, lo propone como el hombre que se adelantó a su tiempo; la culpa la tiene el tiempo y no Rivadavia. Eso es como decir la zoncera de que el tiempo estuvo mal porque llovió cuando nos olvidamos el paraguas; y no que nosotros nos equivocamos porque no llevamos el paraguas cuando llovía.
Otro que se adelantó
Rivadavia no fue el único que se adelantó a su tiempo, el viejo Cantaluppi también le erró a su época.
Cuando los chacareros de mis pagos le pegaban con una cosecha, los almaceneros de ramos generales se apuraban para encajarles alguna “novedad”, para que empezasen endeudados el año. Así fue como le vendieron a Cantaluppi la primera heladera importada que llegó al pueblo.
Contado con la posibilidad de poder conservar sus facturas de chancho, Cantaluppi retardo hasta el verano la matanza. Hizo morcillas a la vasca, a la piamontesa, dulces, saladas, picantes, con arroz, con pasas, etc. Y las guard

También se usaba en mi pueblo hacer mocilleadas con los amigos. Y aquí vino el drama, pues al abrir la heladera se descubrió que todo estaba podrido. Es que Cantaluppi no había leído el prospecto en inglés que acompañaba la heladera. Y así ignoraba que la heladera eléctrica funcionaba con electricidad, que en aquella época faltaba en las chacras.
Imagínese: la heladera y las morcillas de Cantaluppi dieron tema para un año. Lo cargaba de todos lados, pero claro, a nadie en el pueblo se le ocurrió decir que Cantaluppi era un hombre que se adelantó a su tiempo.
Por eso en todas las escuelas del país, cuando la maestra pregunta: ¿Quién fue el hombre que se adelantó a su tiempo?, los chicos responden a coro: ¡Rivadavia! Pero en mi pueblo no lo preguntan. Puede haber un niño malo que conteste: ¡Cantaluppi, señorita!