lunes, 11 de mayo de 2009

ESTEVEZ, VIDA DE UN CRUZADO, del Compañero Federico Addisi


INVITAMOS A TODOS A LA PRESENTACION DEL LIBRO "ESTEVEZ, VIDA DE UN CRUZADO".LA MISMA SE EFECTUARA EN EL INSTITUTO NACIONAL JUAN MANUEL DE ROSAS, EN LA CALLE MONTEVIDEO 641.
AUTOR: FEDERICO GASTON ADDISI.
EDITORIAL: FABRO
DIA Y HORA: VIERNES 22 DE MAYO, A LAS 18,30 HS.
SE VENDERAN LIBROS FIRMADOS POR EL AUTOR.


¡Qué bueno sería tener entre nuestros políticos, dirigentes gremiales, gerentes de empresas, y otros encargados de conducir diferentes obligaciones en la vida cotidiana, personas como el joven y heroico Teniente Estévez! Jugarse por la Patria sin otro interés que la Patria misma, como lo hicieron los grandes de nuestra historia, y no solamente en el campo bélico sino dando batalla cultural, (muchas veces jugándose la vida con los gobiernos de turno), Así entonces como San Martín, como Belgrano, como Rosas, como Mansilla, como Scalabrini Ortiz, como José María Rosa, y otros tantos, Estévez tenía una misión innata, combatir por su Patria, y nada menos que contra el enemigo de toda la vida y qué orgulloso se sentía. No veía la hora de estar en el frente, quería recuperar la Soberanía de Nuestras Islas Malvinas como sea. Estoy convencido que su lucha, así como la de todos los héroes de esta grandiosa gesta, no fue en vano, y que en un futuro no tan lejano retomaremos el territorio que nos corresponde.Agradezco al autor, Federico Addisi, por confiar en nuestra editorial para presentar este bellísimo y emotivo trabajo, y que sea ejemplo para todos los argentinos.


Fabián D’Antonio
Ediciones Fabro
Director Editorial

jueves, 7 de mayo de 2009

Una tenue velita


A veces sentimos que no alcanzó tu paso tan fugaz para dar vuelta las viejas estructuras que aún hoy nos oprimen, pero dejaste marcado el camino, fuiste madre, esposa, amante y la eterna protectora de tus descamisados, que todavía hoy lloramos tu pronta partida.

Fuiste Compañera, en el real significado de la palabra: “comer del mismo pan”, el que llegaba con dignidad a la mesa de los trabajadores, el mismo pan que no les iba a faltar nunca más a un solo niño, porque serían por siempre tus únicos privilegiados.

Nunca dejaré de sorprenderme, al observar como las frágiles líneas de tu silueta, pudieron cargar el peso de la lucha que libraste por todos nosotros, convirtiéndote en un emblema de fortaleza, a la vez que parecías tan delicada y frágil.

Arremetiendo contra la injusticia, nos diste el derecho al voto femenino, hospitales, escuelas, casas para ancianos y madres solteras, hogares de tránsito y tantas cosas más, que parecen el resultado de siglos de trabajo, y fue el fruto de tu breve lucha, a la que no renunciaste ni un solo instante, a pesar que tu cuerpo ya te había abandonado a vos.

El dolor popular que dejó tu partida no nos abandonará nunca más, y alimentará eternamente una luz a tu recuerdo, cómo una tenue velita siempre encendida en el corazón de quienes no te dejaremos partir.

Ya no sos tuya, querida compañera, sos del pueblo que no olvida, del los grasitas que te siguen necesitando, de los chiquitos que no deben pasar frío o hambre en las calles, de los trabajadores que merecen un país cómo el que soñaste para todos, de los ancianos que merecen una vejez plena y descansada.

Seguís a nuestro lado, en la lucha de cada día, cuándo repetimos lo que nos dejaste por enseñanza: ser libres, sin sentir culpa…

Cuándo llegaste a este mundo, aquel lejano 7 de Mayo de 1919, tu madre decidió nombrarte Maria Eva, unió los nombres de dos mujeres que crearon la historia, pero vos hiciste “nuestra” historia y elegimos llamarte simplemente “Evita”.
Natalia Jaureguizahar