viernes, 26 de octubre de 2007

Recuerdo del primer asesinado el 17 de octubre


Darwin Passaponti

Por Enrique Oliva, especial para Causa Popular


Primer caído peronista, asesinado el 17 de Octubre de 1945 como sangrienta venganza por festejar pacíficamente el retorno del Coronel Perón a la libertad, con la satisfacción de multitudes de argentinos al sentir que se estaban haciendo historia patria.Una sola bala, un certero y profesional disparo desde un balcón del Diario Critica, en la cabeza del joven de 17 años, dirigente de estudiantes secundarios, quien iba al frente de chicas y muchachos regresando de la Plaza de Mayo, expresando su alegría después de escuchar al jefe liberado. Darwin Passaponti ya había demostrado sobradas condiciones de líder, de luchador incansable nacionalista que trasmitía entusiasmo a sus compañeros. Como siempre ha ocurrido, cada vez que el pueblo festejaba algo nacional, el cipayaje nacional vinculado al colonialismo imperial, hizo correr sangre de pueblo. Empezando por Darwin Passaponti y siguiendo en diversas oportunidades, en especial el 15 de abril de 1953 (bombas en concentración obrera en Plaza de Mayo puesta por comandos civiles); 16 de Junio de 1955 (bombardeo marino de la ciudad de Buenos Aires buscando en particular el matar al General Perón); asesinatos a los seguidores del General Valle; y tantos otros horrendos crímenes, torturas, detenciones, cometidos por repetidas dictaduras. Luego las muertes selectivas contra los dirigentes de trabajadores, como Felipe Vallese y tantos más. Millares de peronistas ofrendaron sus vidas para evitar la destrucción de una Patria en serio, con soberanía política, independencia económica y justicia social, alegres todos de no tener deuda externa ni andar por el mundo mendigando préstamos usurarios. Tanto la confianza en la obra realizada por el Coronel Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión, como la gigantesca tarea concretada hasta 1955, más la Resistencia Peronista para su retorno, tiene en Darwin Passaponti una benemérita figura y lo recordamos en esta fecha como lo tendremos por ejemplo para siempre. Una prueba de su talento y determinación en busca de un destino de entrega a ideales patrios, lo reflejó en un poema, del que damos una parte., como un poeta luchador a imitar. “Quiero cruzar la vida con la luz del rayo que el espacio alumbra, seguro de no vivir más que un instante, seguro de no morir debilitado. Así como el rayo, Corto, breve y soberano.”

miércoles, 17 de octubre de 2007

17 de octubre - día de la lealtad peronista



"El país era otro país y no quisieron entenderlo... El 17 de octubre, más que representar la victoria de una clase, es la presencia del nuevo país con su vanguardia más combatiente y que más pronto tomó contacto con la realidad propia". Arturo Jauretche

jueves, 11 de octubre de 2007

Sobre el “evitismo”

Quiero opinar sobre un tema del que algo se ha estado escribiendo hace algún tiempo pero que no hace mal recordar para aquellos que vemos con preocupación cierta incidencia “progre” que distorsiona la realidad en beneficio de preconceptos y parcializaciones de ésta. Distorsiones que hunden raíces en algunas polémicas que estaban presentes desde hace muchos años dentro del peronismo, y si digo del peronismo, es porque es el tema que interesa analizar en este caso. Me refiero a cierta corriente de “posicionamiento” dentro del denominado movimiento nacional y popular que hace una de sus banderas cierta reivindicación llamativa de la figura de Evita… pero bastante alejada, y cuando no directamente separada, del peronismo. Más concretamente de Perón. Esto no es nuevo pero no viene al caso hacer historia, aunque sí saber qué se esconde detrás de éste “evitismo” sin Perón. Es claro cual es el origen: ciertos sectores de la izquierda en cualquiera de sus remascos, quienes quieren levantar la figura de Evita en desmedro de la figura de nuestro General. ¿Y porqué? El presupuesto de que en realidad Perón , mas allá de ser un “buen tipo”, un simple “amigo del pueblo”, era un líder burgués reformista, y no, como nosotros lo consideramos, un conductor revolucionario. Para éstos sectores la revolución se desarrolla necesariamente por una lucha de clases donde un líder como Perón (jamás caudillo para ellos) poco y nada tiene que hacer en el desarrollo de la lucha del “proletariado”.

Haciendo una lectura descontextualizada y clasista de Evita, intentan (como lo recomendó el Che Guevara) utilizar sus palabras de modo descontextualizado o parcializado para incentivar el odio de clases. Justamente lo contrario a lo quería Perón…y Evita. Pero no: “líder burgués”, “bonapartista” o algún otro concepto de moda traído de los libros de los ideólogos del norte racionalista-progresista, son los repetidos apriorismos con los que se intenta minimizar la magna obra fundacional de nuestro conductor. Pero ¿acaso ésto tiene alguna clase de asidero en la pasión, la mística, y las ideas de Evita? Por supuesto que no; pero a eso se dedican los ideólogos progresistas: a reducir la realidad a la parte que ellos quieren y amoldarla -a la realidad- a ésa parte que siempre tienen que ver con las necesidades del ideólogo. Si la realidad no tiene nada que ver con el planteo, no importa, ya se le encontrará alguna ideologización posterior como hizo Marx para justificar el fracaso de la revolución en Francia inventando la explicación del “bonapartismo”. Jauretche sostenía que la defensa del socialismo (de tipo marxista, claro) es una implícita manera de eliminar al justicialismo como solución. El “evitismo” también y por eso nos preocupa. Porque se deforma el mensaje de Evita para separarlo -y hasta oponerlo- a la conducción política de Juan Domingo Perón. Y esto es inadmisible.

Doy por terminada esta breve reflexión, cerrando con palabras de la abanderada de los humildes:

“Sí, soy peronista, fanáticamente peronista.
Demasiado no, demasiado sería si el peronismo no fuese como es, la causa de un hombre que por identificarse con la causa de todo un pueblo tiene un valor infinito. Y ante una cosa infinita no puede levantarse la palabra demasiado.
Perón dice que soy demasiado peronista porque él no puede medir su propia grandeza con la vara de su humildad.
Los otros, los que piensan, sin decírmelo, que soy demasiado peronista, esos pertenecen a la categoría de los “hombres comunes". ¡Y no merecen respuesta!”

Compañero Andrés Berazategui