sábado, 18 de septiembre de 2010

Un día me hablaron del YEHUIN


Una tarde, me encontré con TonI, me dijo, vos conoces la historia del Yehuin?, Porque parece que apareció, yo un producto de la educación publica del 90, del Yehuin ni idea, pero desde ese día no pude sacármelo de la cabeza, Tony me había dicho que lo íbamos a Repatriar, era nuestro, del estado Argentino y lo tenían privados en algún negocio que nunca nos enteraremos, lo habían "vendido", enseguida aparecieron los apoyos, la informaron y la ilusión, los malvineros sabían de que se trataba. Un día en una esquina de Capital, después de una reunión, me cuenta que no había mas apoyo, que le habían pedido los informes que le habían dado y le dijeron que se olvide del Yehuin.. Ese día nos miramos y entendimos que otra vez estabamos solos, con la ayuda de los de siempre, los compañeros pero de nadie más... Una vez se nos escapo, se habrían avivado de que íbamos, pero esta vez no volvería a pasar, llego un mensaje en clave de Tony "nos invitaba a tomar mate a bordo, en la que esta sola y espera"... algunos que estabamos mas en contacto, lo entendimos, otros no y se lo perdieron, porque no hicimos convocatoria abierta para que los usurpadores no se fuguen de vuelta con el barco Héroe. Especulábamos ser 20 o 30, faltaron todos éramos 7.... otra vez solos, que hacemos? Era la pregunta que flotaba en el monumento de Lola Mora... hicimos un reconocimiento del lugar, estaba en zona militar restringida, pero el destino quiso que esté regalada, no había nadie, podíamos entrar por atrás burlando los controles de la Prefectura... ya estaba todo pero seguíamos siendo 7... volvimos al monumento, llego algo de prensa nos hicieron una nota y dijeron que nos acompañaban hasta el lugar, empezamos la misión, llegamos y en la puerta quedo la prensa, nunca tan correcta dijo, no poder entrar en zona restringida, nuestra única garantía quedaba lejos, fuera de nuestra vista a unos 300 mts. Bueno ya estabamos ahí frente al imponente "Yehuin", nadie nos había visto, estaba el sereno de la embarcación a bordo y el barco sin explanada, no se podía subir, había que saltar, unos dos metros con un desnivel a nuestro favor, nos convenció, había que saltar, y alla fuimos, con la sensación de estar cumpliendo con la Patria, encaramos al sereno, un compañero... un laburante, le garantizamos que nada le iba a pasar, lo vio en nuestros ojos y empezamos la repatriación, cambiamos la Bandera Panameña, por la Argentina, formados y cantando el himno, la emoción nos invadía, hasta que por agua apareció un bote, y por tierra la prefectura, el prefecto nos indico que habíamos violado la zona Restringida y que estabamos en un barco de bandera extranjera, que era un delito Federal. Sabíamos a que nos arriesgábamos y el sabia que hacíamos ahí. Cuando quiso subir, nos dimos cuenta que dejábamos de estar tan solos, el hombre, el compatriota que manejaba el bote, que ya había hablado con nosotros, le pregunto al prefecto si tenia permiso para subir y ante la negación, le inventó que el dueño había llamado y que había pedido que nadie mas suba... y no le pasaron la explanada. Me guiño el ojo y me dijo, les gane un poco de tiempo, hagan algo para que venga el fiscal, la prensa dio la vuelta y desde debajo de la autopista nos filmaba, cuando en el carajo izamos la bandera Argentina, que allí quedo flameando... el fiscal nunca llego, estaba en su country comiendo, el que llego fue el apoderado del barco, pidió permiso para abordar y charlar con nosotros, lo dejamos subir y lo primero que dijo fue que el sabia que era el YEHUIN, que podíamos arreglar esto antes que salga a la luz, porque sabia que lo perdería él, para ganarlo todo el Pueblo Argentino, quería que le pongamos un precio, que no había problema, cuando entendió que no tenia precio posible... ni el Yehuin, ni nosotros, Empezó con la perolata de que el también era compañero, y bueno lo escuchamos, se nos hizo el amigo, prometio no hacer denuncia y pedimos que deje entrar a la prensa, hubo que esperar al Jefe de la prefectura de la Boca, que estaba comiendo en su casa empanadas, se la comió fría después, porque vino y la prensa entró, con ella compañeros que se habían sumado tarde, pero que siempre están... ya estaba todo echo, el Yehuin estaba en nuestras manos, la emoción de sentir de estar parado en ese pedazo de Patria, de historia, saber que estuvo allá en las Islas, recibir el apoyo telefónico de Delicia Giachino, la mama del Capitán, el saludo de muchos compañeros, del Capitán civil del Yehuin don Garcia Lattuada, ellos estaban todos Allí con nosotros, las palabras del Almirante Busser retumbaban en los pasillos de la embarcación, y nosotros ahí, haciendo Patria, todo termino a las 18 hs como lo habíamos acordado, todos ilesos, libres, el Yehuin con la bandera Argentina y en manos de la justicia, alguien me dijo después " quedo preso el barco?", y no, no quedo preso quedo en casa, de donde nunca se tendría que haber ido, recibirá los honores de un veterano, y nosotros entendimos que el único apoyo que sirve es el del Pueblo, pero hasta que este despierte, será solo el coraje de los compañeros comprometidos lo que pueda ir torciendo la historia, que los Británicos sepan que aquí no nos olvidamos, que no vamos a descansar hasta repatriar todo lo que nos robaron, y a sus cipayos que se cuiden porque sufrirán su misma suerte.


Eternamente agradecido a los compañeros y camaradas, que me permitieron vivir esta experiencia, que ya esta guardada en mi corazón...




Viva la Patria !!!


Viva Malvinas !!!


Diego Salce




jueves, 16 de septiembre de 2010

miércoles, 15 de septiembre de 2010

BORRAR LA MEMORIA

El 16 de septiembre de 1955 Argentina vive uno de sus días mas trágicos, que inauguraría años de repetidos golpes de Estado, persecución y muerte. Nuestras Fuerzas Armadas se habían convertido en “Fuerzas de Ocupación”. Las armas que el pueblo entregara a los militares para su defensa se han vuelto contra el pueblo mismo.
Esta “Revolución” de 1955, es la reacción de la estructura colonial que desesperadamente pugna por sobrevivir, emprendiendo con fervor una tarea demoledora con odio pasional.
El pueblo está apesadumbrado, las armas de la patria ya no vigilan el cielo y el océano, ahora vigilan Plaza de Mayo y el Puente Avellaneda. Aramburu y Rojas son los jefes visibles de una tiranía siniestra, que se dedica a desmantelar inexistentes estructuras totalitarias y desalojar a la clase trabajadora de sus posiciones, tanto en lo material como en lo espiritual. Intervienen y saquean sindicatos. Las concentraciones en Plaza de Mayo, son prohibidas por decreto policial.
El pueblo no tendrá voz en el gobierno que se inicia. La Plaza de Mayo enmudece.
Hay hechos breves, ínfimos en su materialidad, pero de una inmensa significación: el tanque de guerra arremetiendo contra el busto de Evita, frente a la CGT expresa con insuperable elocuencia, el deseo de atropellar a las masas populares, arrancar de cuajo todo aquello que pudiera recordar al líder derrocado o a sus diez años de gobierno. Borrar la memoria, matarla, aplastarla.
Pero el pueblo se niega a olvidar.
La atmósfera está cargada de malos presagios y de tristeza. Se reiteran los panfletos, los papelitos con consignas y las cartas reales y supuestas del líder ausente. Nace la Resistencia Peronista.
Vendrán años de fusilamientos y opresión, pero no pudieron evitar que en los hogares humildes se dejara de venerar la imagen de Evita o de Perón. Como las casas de los peronistas más conocidos eran registradas, todos los recuerdos eran atesorados entre las reliquias más queridas de las familias.
¿Cómo destruirla a Evita si era la Santa de los pobres? El juguete esperado de los niños. Evita amada, por sus grasitas necesitados ¿podrían acaso los “Libertadores” arrancarla del corazón de su pueblo a ella o al General?
No lo consiguieron. Ese pueblo, sufrido, perseguido, luchó sin cansancio hasta la vuelta del viejo General, 17 años después.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Identidad Cultural


La identidad cultural de un pueblo es, o debe ser, su tesoro más preciado. Los nombres de las calles, plazas y demás espacios públicos, no son casuales, ni tampoco, inocentes. Enaltecen y hacen perdurar en la memoria a figuras de nuestra historia.

Como todos sabemos, la historia tiene varias versiones. A veces, matices, otras, simplemente se cuenta mal, a propósito, y para favorecer los intereses de determinados grupos.

Así fue cómo desde chiquitos, nos enchufaron la historia de Mitre, que, cómo no puede ser de otra manera, le es favorable al proyecto político de las minorías. De este modo, Billiken ayer, o Felipe Pigna en estos días, nos muestran y demuestran, verdades casi enteras que acompañan con omisiones completas, logrando de esa manera, que las mayorías oprimidas, repitamos hasta el cansancio, y memoricemos obedientemente, las justificaciones de quienes nos oprimieron en el pasado, que, y no es casualidad, son los mismos que lo hacen actualmente.

Y digo que no es casualidad, porque si alguien te estafa una vez, puede deberse a la habilidad del estafador, o a la inocencia o buena predisposición del estafado, pero si la estafa se repite (y en nuestro caso, durante siglos), algo malo está pasando. Tal vez sea hora de analizar si estamos mal informados, o nos gusta que nos estafen. No encuentro más posibilidades.

Creo que el problema, debe ser la mala información. No creo que se deba a que nos gusta pertenecer a la inmensa mayoría de los eternamente estafados, pero desconocemos la cara de los farsantes, y, en ocasiones, hasta creemos que están de nuestro lado.

Por eso, los nombres que desde chicos asociamos a figuras heroicas de nuestra historia, no deben ser elegidos al descuido, y mucho menos, elegidos por la anti-patria. Corremos el enorme riesgo de seguir siendo estafados por los seguidores de esas corrientes históricas, que se han caracterizado por oprimir a los pueblos en busca de un beneficio propio.

Que esto está pasando en Argentina y en toda América Latina, no es una novedad, y los medios masivos de comunicación, históricamente han sido los promotores, nada inocentes, de esta invasión. En esta realidad globalizada en la que estamos insertos, la información puede resultar tan peligrosa cómo un arma de destrucción masiva.

Los grupos de poder, principalmente en nuestra época, los medios masivos de comunicación, aportan a esta desinformación, para nada inocente, y altamente perjudicial para nuestros intereses como comunidad.

Los medios, como formadores de opinión, tienen la capacidad de ocultar o hacer ver (hasta el hartazgo, si es necesario) lo que conviene sus los intereses, que, si cabe la aclaración, nunca coinciden con los del pueblo. Pero, versiones tendenciosas, omisiones ideológicas, y hasta verdades parciales suman a la hora de convencernos de lo zapallos que somos, y lo vivos que son los demás (entendiéndose por demás, la potencia imperialista de turno).

También, y para el mismo fin, tienen un efecto “anestésico” sobre la memoria, manipulando maliciosamente la información, parcializando y, en algunos casos, directamente borrando todos aquellos hechos que no convine que salgan a la luz.

Tanto es su poder que “deciden” si el pueblo quiere que un gobierno se vaya o se quede, prescindiendo de las urnas, deciden quién es el culpable, antes que los jueces; deciden la vida de quién se hará blanco de sus persecuciones, para alimentar la morbosidad insana que ellos mismos fomentan, y a la que nos han hecho adictos.

Las personas pueden convertirse en dioses o demonios, en lo que demora un tilingo con aires de gran conductor, en decidir que lugar les toca en el mundo.

En ocasiones las víctimas son perseguidas toda su existencia por estos cipayos al servicio de los intereses extranjeros. La víctima se retorcerá y gritará desesperadamente su verdad, pero difícilmente logre ser escuchada, y si lo logra, se pondrán en duda todas sus palabras, los medios han hablado, y son, por derecho divino, los dueños de la verdad.

Nadie se atreverá siquiera a recordar, y si lo hacen, dudarán de la veracidad de sus reminiscencias. Empujarán hasta el fondo más oscuro de su inconsciente la imagen de un gran estratega, entrado en años, pero absolutamente lúcido, con fuerzas suficientes como para retomar las riendas de un país saqueado durante casi dos décadas por una seguidilla de gobiernos golpistas y seudo democráticos.

No se acordarán, cómo nadie se acuerda, de la invasión de Estados Unidos a Panamá, en 1989, ignorando que se masacraron miles de personas, se arrasó un país sin defensas, como un gigante aplastando una hormiga, puso su pié el imperio sobre el pueblo panameño, mientras esto pasaba, los medios estadounidenses mantuvieron la atención mundial sobre los sucesos en Rumania.

Si pueden ocultar la masacre reciente de un pueblo, en plena era de las comunicaciones, ¿Cómo no van a poder ocultar lo que Isabel Perón hizo en su gestión, por citar un ejemplo reciente? ¿Qué tan difícil resultará que olvidemos que en su gobierno, por ejemplo, se nacionalizaron las bocas de expendio de petróleo? ¿No fue ese, el principal motivo del golpe?

Isabel Perón nacionalizó las bocas de expendio en 1975, luego YPF se vendió a la española Repsol; esas empresas siguen produciendo y procesando hasta hoy el 90% del petróleo argentino, y en los últimos tiempos también el gas.

Tan convencidos estábamos del golpe, que hasta lo aplaudimos…- no fue mi caso- ¡A seis meses de una salida democrática! ¿Se acuerdan lo que pasó después? Otra curiosidad de la información actual: se oculta que los mismos que pedían el golpe, son los que hoy están descontentos con las consecuencias que les tocó en el reparto. Basta recorrer las noticias publicadas en la época, donde se chocaban entre sí por saludar efusivamente a los golpistas. Es recomendable para el conocimiento de lo aquí escrito, leer “Decíamos Ayer” una publicación que trata sobre estas curiosidades informativas que preparaban los ánimos a favor de los golpistas. Y no es el único material que demuestra, que no fue una iniciativa independiente de cuatro civiles y otros tantos militares, más bien, que los “malos” recibieron una importante ayuda de los “buenos”, que tienen curioso parecido –a pesar de las canas y algunas peladas- a la mayoría de los que hoy acusan. ¡Sorpresas que te regala la vida! Juegan con el olvido, y les da resultado.

Con está técnica, estos “iluminados” que determinan quién es malo y quién es bueno en nuestra historia, nos imponen los nombres de nuestros próceres, para que los honremos y veneremos. Así, abundan las calles, plazas y espacios públicos llamados Roca, Sarmiento, Lavalle o Mitre, por ejemplo, pero rara vez nos encontraremos con una merecida mención a Jauretche, Scalabrini Ortiz, Homero Manzi. Y mucho menos común es encontrar un espacio donde se reivindique la memoria de algún pueblo originario, o alguno de sus representantes, tal es el caso de Juana Azurduy, memoria que intenta ser justicia de la mano de “Las Juanas”, una agrupación venadense, que pretende un gesto de justicia histórica, al pedir que se reemplace el nombre de esta última, por el de Roca, reconocido asesino de los pueblos originarios.

La misma reivindicación histórica persigue la comisión de Homenaje permanente al General J.J. Valle, que brega por reemplazar el nombre de la Autopista Aramburu, por el de una de sus víctimas más representativas. Este General golpista es uno de los mayores responsables de lo que vino después; sus fusilamientos marcaron una época, que los historiadores decidieron disimular, y no sólo eso, también celebrar, reconociéndole algún agradecimiento por lo echo. El general Valle junto a otros militares y civiles, pagaron con su vida, el querer retomar la vida democrática para nuestro país, pero eso, parece, ser de menor importancia y absolutamente olvidable por los hacedores de la historia oficial, que pretenden que sea nuestra historia.

Tras el golpe de Leonardi al gobierno democrático del Gral. Perón, Aramburu fue segundo presidente de la “tristemente celebre, revolución libertadora” como diríamos los peronista, “revolución fusiladora” ese movimiento oligárquico militar de 1955 derrocó a Juan D. Perón y proscribió en todos los frentes al justicialismo, poco después, el Gral. Valle lideró un levantamiento cívico-militar con apoyo de muchos peronistas, la respuesta de Aramburu fue implacable: en 72 horas encarceló a cientos de militantes y fusilo a 27 personas, justamente desde Rosario que en ese momento el general Aramburu estaba de visita, envío el permiso por 72 horas para que exista la pena de muerte y poder fusilar a Valles y demás compañeros, hecho silenciado y no repudiado por diferentes sectores sociales de la argentina que callaron ante semejante barbaridad, la iglesia, opositores políticos etc., Luego Aramburu cometió otros de sus terribles hechos en la historia, el saqueo violatorio de los restos de Eva Perón, que realmente tratamos de omitir sus característica que podemos sintetizar como abominable.

El 5 de octubre de 1979 el genocida y dictador (Jorge Rafael Videla) mas sangriento que sufrió nuestro pueblo inauguró la autopista con su nombre.

Y no es cambiar por cambiar no más, tampoco se trata de poner nuevos nombres a otros espacios, bajo pretexto de que estoas personajes también forman parte de nuestra historia. Con este razonamiento, debemos resignarnos a que en unos 50 años, y con la memoria un poco limada, nuestros hijos y nietos, circulen por la Avenida Jorge Rafael Videla o jueguen en la plaza Albano Arguindeguy. También, una parejita, se podría citar en el bar de la esquina Massera y Gorriarán Merlo.

Resignarnos a que los argentinos de mañana prefieran vivir en la calle Galtieri, antes que cambiarle el nombre, porque “es mucho lío” hacer el cambio de domicilio, es un posible panorama a futuro.

Asesinos de ayer, de hace un ratito, de hace un siglo, o más. ¿Cuál es la diferencia? Sólo la memoria del pueblo. Era tan Argentina la sangre de “los bárbaros e incivilizados indios y gauchos”, que, según Sarmiento, solo servía para abonar la tierra, cómo la del General Dorrego, héroe de la Guerra de la Independencia. Tan Argentina la sangre de los fusilados del 56, cómo la de los héroes anónimos de la Resistencia Peronista. Igual de argentina y roja que la sangre de los hermanos detenidos desaparecidos, en la última dictadura, muchos de los cuales hoy, ni siquiera tienen cristiana sepultura.

Estos últimos, por ser mas recientes, todavía duelen, y nadie dudaría en repudiar de inmediato, la posibilidad de honrar con un histórico y público reconocimiento a los militares que participaron en el último golpe de estado que padecimos los argentinos, el que nos hizo pagar la correspondiente cuota de sangre, que el pueblo aporta y ellos beben. Los otros, los asesinos de ayer, de un pasado, no tan lejano cómo parece, ya fueron bendecidos por el olvido colectivo, y esta indiferencia se parece mucho al perdón, y a la posibilidad de volver a cometer los mismos errores.


Natalia Jaureguizahar

Comisión de Homenaje Permanente al Tte. Gral. Juán José Valle