domingo, 9 de septiembre de 2007

A 60 años del voto femenino

El 9 de Septiembre de 1947 los derechos políticos de la mujer son sancionados por la Ley 13.010, la denominada ley del voto femenino se promulga por el gobierno de Perón el 23 de Septiembre. Es un glorioso día para la mujer Argentina y Evita quien impulsara dichos derechos en emotivo discurso dice: "Mujeres de mi Patria; Recibo en este instante, de manos del Gobierno de la Nación, La Ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo ante nosotras, con la certeza de que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas".

Con estas palabras, Evita anunciaba a que las mujeres argentinas adquiríamos el derecho de expresarnos en las urnas, derecho que luego, nos seria negado a todos, durante años de incesantes dictaduras. Quizás ahí aprendimos a valorar la posibilidad de elegir.

Un dato curioso, que habla de nuestra coquetería: en el año 1948 fue modificado el artículo 4°, que indicaba que se confeccionarían los padrones femeninos en la misma forma que se habían realizado los de los varones, sufrió el siguiente agregado: "Con la sola excepción de que en la impresión del padrón femenino no se consignará el año de nacimiento".

En un mensaje radial del viernes 9 de noviembre de 1951, Evita, ya muy enferma dijo: “Yo aprovecho esta oportunidad que se me brinda para pedir a todos los compañeros y compañeras peronistas de todo el país que me disculpen y me perdonen si esta vez no estoy al frente de la batalla como otras veces. Les pido que cada uno me sustituya en cada rincón del país y en el puesto que ocupe”

La acción política dirigida a la mujer cosechó sus frutos en las elecciones del 11 de noviembre de 1951. Votaron 3.816.654 mujeres. El 63,9% lo hizo por el Partido Peronista, el 30,8% por la unión Cívica Radical.

En 1952, las primeras 23 diputadas y senadoras ocuparon sus bancas, representando al Partido Justicialista. El resto de los partidos ignoraron la posibilidad de que sus mujeres tuviesen los mismos derechos aunque alguno de ellos lo hubiesen pregonado durante muchos años.

“Mejor que decir, es hacer…” “La única verdad, es la realidad”.




"JUAN, ¡HE VOTADO!"
Una urna es llevada al Policlínico para que la forjadora de los derechos
cívicos femeninos deposite su voto. La alegría parece volver al rostro de Evita.
(…) Cuando Perón llega a visitarla, como de común, ella alborozada le grita
feliz: 'Juan, ¡he votado! ¡Pude votar!
(Tomado de Historia del peronismo, Editorial Oriente.)

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