Feliz Cumpleaños, Maestro!
INSTITUYESE EL DIA 13 DE NOVIEMBRE "DIA DEL PENSAMIENTO NACIONAL", EN HOMENAJE AL NACIMIENTO DEL ESCRITOR Y PENSADOR ARTURO MARTIN JAURETCHE. (ley 25844, promulgada en 2004)
Para recordarlo, a continuación, un texto del maestro: ¡Que lo disfruten!
LA CONTRAMANO DE LOS TILINGOS
(De "Filo, contrafilo y punta", "El 45", Tercera época, Nº 3: 11 de enero de 1961)
Este cuento puede ser anécdota. Como tal se la atribuyen a Poroto Botana cuyo fino sentido del humor suele andar de contramano con sus laderos ocasionales. En esta ocasión era una bella, a la que Botana llevó después de una de esas tenidas que se suelen decir literarias, y generalmente nocturnas, a presenciar una salida de sol en la costanera.
Y era una magnífica salida de sol, que los porteños ignorantes del Río de la Plata desconocen.
Botana contemplaba embelesado el paisaje, cuando oyó que su compañera decía:-Hay un olor a pescado que no se puede aguantar…
Botana pensó: "Carece de sensibilidad visual. Su sensibilidad es olfativa". Y recordando que uno de esos huecos del barrio Sur, tenía un chino amigo, jardinero exquisito que en invernáculos improvisados con viejas latas de kerosene, maderas y vidrios de demolición había creado un paraíso floral que era un mundo de perfumes, allá fue con su delicada acompañante.
Aún vacilaba el día insinuado con el sol bajo, sobre el filo de la noche en fuga, cuando llegaron al hueco donde el chino tenía su paraíso. Entraron y una vaharada de olores exquisitos golpeó el olfato de Botana. Y Botana oyó que la dama exclamaba:
-"¡Qué horror este laterío sucio y oxidado…!"
Botana la miro de reojo. Y después dijo:-Tú tienes los sentidos invertidos. Cuando hay que oler miras y cuando hay que mirar hueles…
Así son los prósperos beocios de nuestra tilinguería.
Cuando hay que ver el ascenso de un pueblo postergado lo huelen. Y hacen un gesto de desagrado. Cuando hay que oler nuestras multitudes mucho menos olorosas que las multitudes europeas que tanto aprecian, las miran y las encuentran demasiado morochas. Y también les desagradan.
No sé si huelen y se miran ellas mismas. Pero tienen, como en el cuento, los sentidos invertidos.
Y perdón Botana, si la anécdota no es cierta, o indiscreta. Me la contó Corominas.
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