Hagamos gansadas
Los gansos vuelan en formación de “V”, por un motivo muy práctico. Viajando de esta manera, economizan un 70% de energía, ya que cada una de las aves, aprovecha el impulso generado por el ave anterior.
Los que siguen al ave que encabeza la alineación, animan a su compañero con graznidos, y cuando este se cansa, cambia inmediatamente de lugar con alguno de sus congéneres. Si alguno de los pájaros del grupo cae herido o enfermo, dos aves más lo acompañan, separándose del resto, hasta que este se recupera o muere, recién en ese momento, retoman su camino con otro grupo, de ser necesario, hasta reencontrarse con su bandada.
Parece ser que estos animalitos, cuyo nombre es utilizado por las personas para descalificar a sus pares, han sido capaces de notar que el camino es más fácil si nos unimos los que viajamos en la misma dirección, y que nuestros compañeros en ese viaje, nunca deben quedar solos, aunque acompañarlos signifique hacer un alto en el camino, retrasar nuestro propio viaje.
Cada uno de ellos sabe, que puede ser él mismo, el que mañana debe descender a causa de un disparo o una dolencia.
¿Por qué no hacer lo mismo entonces? Probablemente, si nos comportamos de esta manera, nuestros tan inteligentes congéneres humanos, nos tilden de gansos.
En estos días de junio, siempre vuelve a mi memoria un episodio histórico de los mas dolorosos y vergonzantes que nos han tocado vivir en nuestro país, por estos días, en 1956, sangre argentina volvía a regar esta tierra, en este caso, quienes ofrendaron su vida intentando recuperar la Democracia, serian el General Juan José Valle, junto a 27 civiles y militares, algunos de ellos caerían en fusilamientos clandestinos realizados en José León Suárez, antes de la orden de ley marcial. El levantamiento respondía al descontento de un pueblo, masacrado el 16 de junio del 55 en plaza de Mayo, perseguido, oprimido, y privado de sus libertades. Mencionar la palabra Perón o Evita en esos años, podía significar la muerte.
Entre el 10 y el 12 de junio, Pedro Eugenio Aramburu, por entonces Presidente de facto de la Argentina, ordena la muerte de los integrantes del Movimiento de recuperación Nacional. Su delito: haber tomado las armas en defensa de la democracia. Para que el banquete estuviera completo, faltaba “ajusticiar” a Valle y a Tanco. Para sorpresa de todos, Valle se presentó en el velorio de uno de sus camaradas fusilados, el Coronel Cortínez. Ese día la dictadura había anunciado que se suspenderían los fusilamientos si el General revolucionario se entregaba… él se entregó.
El General Valle deja escrito, en una memorable y última carta, entregada a su hija antes de morir: “Entre mi suerte y la de ustedes – le dice al General Aramburu- me quedo con la mía (…)”
Ahora, viene la parte en la que propongo que hagamos una gansada, y salgamos a graznar detrás de quien viaja en nuestra misma dirección, alentándolo. El compañero Ariel D'Angelo, solicitó al Congreso Nacional que se cambie por Juan José Valle el nombre de la autopista que hoy lleva la denominación de –Aramburu- su asesino, justamente en memoria de sus crímenes.
El proyecto de cambio de nombre de la autopista, aprobado unánimemente por el Concejo rosarino, fue presentado por un particular, un empleado de planta permanente del propio cuerpo, para "reivindicar la memoria histórica". No es la primera vez que Ariel D'Angelo lo intenta: ya había propuesto la idea en 2001. “Pero hoy soplan vientos de cambio y me pareció interesante volver a plantearlo”, aclaró. “La memoria es lo que hace grandes a las naciones para terminar con ese pasado que sobrevuela siempre en nuestro país. Otra de las paradojas de este caso es que el nombre de la misma fue puesto e inaugurado por otro golpista y genocida; el ex general Jorge Rafael Videla, el 5 de octubre de 1979”, explicó el autor de la iniciativa.
Hagamos entre todos lo que esté al alcance de nuestras manos, para que la memoria de un verdadero héroe de nuestra Patria, tenga el lugar que se merece. Seamos gansos.
Natalia Jaureguizahar
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