lunes, 7 de noviembre de 2011

“EL VIEJO”



El flaco del jopo, y trajeado elegantemente, le metió tremendo gancho al malo, que lo desparramó por el suelo; una sola mano fue suficiente para terminar la pelea; Cranach no se levantaría ni soplándole el trasero –definición en uso, sólo por pretender ser elegante-.

En América del norte, el 13 de mayo de 1953, el boxeador argentino Eduardo Lausse, en la más sangrienta batalla de la historia, le ganaba por puntos al yanqui y morocho –tirando a muy oscuro- “Tigre” Jones. Los “piñazos” del zurdo peronista, convencieron al jurado que, aunque con el rostro lleno de heridas, él había sido el ganador.

Los dos personajes, pertenecen a la década del `50. Yo estaba convencido que Lausse era tan real como Vito Nervio; los dos llegaban a mí, por medio de revistas; el zurdo aparecía fotografiado en “El Gráfico” que mostraba esa pelea magistral, lleno de valentía y dignidad suicida; fotografiado en blanco y negro, con luz cenital y fogonazos de flash que producían obras de arte con fuerza y violencia inimaginable e inimitable. El detective criollo, en eso años, era dibujado por Alberto Breccia, que tenía como oficio, ser “tripero” en el barrio de mataderos. Alberto había nacido en Uruguay y de muy pequeño había llegado a nuestro país. El dibujo de historietas le permitió dejar de lavar tripas y patinar entre sangre y bosta de vaca; “Vito Nervio” fue su salvación y el comienzo de una carrera profesional que lo hizo ser respetado a nivel mundial.

Pero no todo eran rosas. En el `55 se produce el golpe de estado que lo desplaza a Perón del gobierno nacional; el hecho, además de pegarle en el corazón, lo sacudió en su desarrollo laboral, aunque en forma indirecta. La industria de la historieta sufrió un sacudón que la dejo al borde del abismo. El panorama laboral incierto, obligó a soluciones creativas y algunas urgentes. A comienzo de los `60, todo empeoraba para Breccia. Su esposa se había enfermado de cáncer, el pago por su trabajo era escaso; el drama aparecía en todos los rincones; pero ocurrió algo difícil de comprender; en el peor momento de su tragedia, crea “Mort Cinder”. Trato de imaginarme aquello; el costo de la enfermedad se llevaba más de lo que podía cobrar por su genio. Un litro de leche y un alfajor era lo que dividían por día, para comer los dos, y así; allí en medio del sufrimiento, emergieron aquellas páginas geniales. ¿Cómo pudo hacer semejante obra? ¡No puedo comprender!, y hace muchos años que me paralizo ante semejante locura genial.

Años después, siendo “EL maestro”, de mal humor, crítico e intolerable – derecho ganado a pura creación- renegaba de los mediocres. A pesar de no ser la simpatía la mayor de sus virtudes; fue elevado por sus fanáticos hasta el mayor de los altares, adorado y admirado como lo que fue: UN CREADOR de talento inalcanzable para un esforzado mortal que sólo se puede acercar a EL, mirando su obra.

Cuando lo requerían de todo el mundo, se lo distinguía con el renombre de: “EL viejo”, un título aristocrático, con el que fue premiado por todos sus colegas a escala mundial.

Los que conocimos a Vito Nervio, sabemos que existió, y que el que le dio vida fue Alberto Breccia, además las piñas del personaje dibujado dolían de verdad.

El 10 de noviembre de 1993, fallecía el personaje Alberto Breccia, dibujado magistralmente por “EL viejo”, por eso, el próximo jueves se evoca el “Día del dibujante”.



En homenaje al Compañero peronista, Alberto Breccia.



Agrupación Arturo Jauretche

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