miércoles, 2 de abril de 2008

No nos hablen de olvido, de renuncia, de perdón

La memoria activa, el mejor homenaje a los ex combatientes

¿Porque se recuerdan las fechas patrias con un feriado? Es una pregunta que seguramente muchos se hacen, pensando que sirven para un pequeño descanso laboral, algunos, para entorpecer su trabajo, otros, para viajar, los menos. Pero en realidad deberían servir para reflexionar, la gente debería concurrir a los actos patrios y aunque sea con ese pequeño esfuerzo remover algún sentimiento, por los valores de la argentinidad y repensar que hicieron esos hombres por la patria, y que significan esos símbolos como la bandera, el Día de la independencia, el nombre de un hombre.


El 2 de abril conmemoramos el Día de lo Veteranos de Guerra y los caídos en Malvinas, héroes que no son anónimos, ni ideales, son hombre pelados, con panza, con algunas arrugas, con pelo largo, que trabajan, que sufren y la pelean codo a codo cada día para sostener una familia o para sobrevivir dignamente.

Hace apenas 26 años, que aconteció la guerra de Malvinas y muchos se siguen preguntando si no fue un sueño, otros avergonzándose recuerdan vivando al militar borracho que desafiaba al “principito”, al “rubio pirata”, acodado en un balcón al que no tenia derecho, porque el pertenecía al grupo invasor interno.

Muchos siguen cerrando sus ojos y oídos, porque es más cómodo, y sólo unas miles de familias entre millones, saben qué fue la guerra, saben que partieron chicos de 18 años que volvieron viejos con pocos meses de diferencia. Saben que perdieron un niño-hombre que partió con la ilusión de defender la patria y nunca pudo retornar, lo mataron las balas enemigas, la estupidez de los militares argentinos, el frío de ese pedazo de tierra que tanto nos duele y por el que tanto se dio.

Muchos volvieron y no soportaron la vida, vacía de ese pedazo de niñez y juventud que les robó la guerra y prefirieron acompañar a los que quedaron en las aguas y suelo helados.
Recordar a veces no es tan lindo, pero bien es sabido que los pueblos que no conocen su historia, corren el peligro de cometer los mismos errores.

Entonces, comprometámonos, aunque sea “solo por hoy” a recordar los que fueron testigos o enterase los que no, cómo y porque ocurrió la guerra de Malvinas, es una mínima deuda que tenemos con el ex combatiente que vive o sobrevive, a pocas cuadras de nuestra casa. Quizás ese sea un primer paso para evitar que el número de ex soldados suicidas continúe engrosando la fila del olvido injusto.

Norma Migueles

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